Muerte Cuando muere un niño, o una mamá o un papá, es terrible. Es un gran dolor, nos quedamos paralizados y nos sentimos abandonados, "”Dónde está mamá? ”Por qué no lo veo? ”Cuándo volverá?". Algunos incluso echan la culpa a Dios. El Papa Francisco entiende estas reacciones y dice que, en estos casos, no debemos tener miedo de llorar, como lo hizo Jesús cuando murió su amigo Lázaro. | |
Sin embargo, esta tremenda oscuridad, este agujero negro que se abre, no tienen la última palabra. Jesús murió y resucitó: la luz de la Pascua ilumina la oscuridad de la muerte que es derrotada. El amor y la esperanza es más fuerte que todo dolor y todo mal; el Papa lo recordó con firmeza y nos invitó a ser cómplices de Jesús, y a hacer todos los días lo mismo que Él: amar, esperar, consolar. |
El Señor venció la muerte una vez para siempre.
Nuestros seres queridos no han desaparecido en la oscuridad de la nada:
la esperanza nos asegura que ellos están en las manos buenas y fuertes de Dios.
El amor es más fuerte que la muerte.
Todos nuestros seres queridos que ya se marcharon, el Señor nos los devolverá y nos encontraremos con ellos.
Esta esperanza no defrauda.