El matrimonio Cavallero, miembros laicos del Consejo Pontificio para la Familia, y residentes en Buenos Aires, nos ofrecen sus comentarios del Capítulo II de la Parte I del documento orientativo del próximo Sínodo de los Obispos sobre la familia, titulado "
La familia y el contexto socioeconómico".
La familia, según los autores, es un importante recurso para la sociedad, retomando un concepto central del documento y del futuro sínodo. Es solamente dentro de ella que se generan y cultivan los vínculos paternos, filiales y fraternos y es ésta la que enseña y educa para aplicarlos adecuadamente en la sociedad. La familia construye y preserva la "memoria" a través de las generaciones que la componen, y facilita la creación de una identidad. En la familia cada persona tiene un valor en sí misma y no es juzgada por su identidad o por su eficacia, a contracorriente de la cultura utilitaria dominante de hoy en día. A pesar de su papel fundamental e insustituible la familia a menudo no recibe el apoyo adecuado por parte del Estado, y es ahí donde hemos de preguntarnos cual es "el concepto de familia que le interesa promover al Estado".
Observando el contexto social que les rodea, Pablo y Marcela Cavallero, se dan cuenta de que no hay una real planificación y una estructura adecuada para las acciones que el gobierno ha puesto en marcha en relación con la familia. A menudo son intervenciones coyunturales y de emergencia que tienen el sabor de un asistencialismo estéril y de corto plazo en lugar de actuar verdaderamente por la promoción y la dignidad de la persona.
Las políticas sociales necesitan, por tanto, una "reorientación" que tengan como fin a la persona y su bienestar dentro de la sociedad, luchando con eficacia contra la pobreza, la exclusión social y la precariedad.