El 14 de febrero las parejas de novios celebraron, gracias a las muchas iniciativas surgidas en todas las parroquias del mundo, el día de San Valentín
Este año el Día de San Valentín fue muy especial, ya que muchas diócesis del mundo, rememorando el encuentro del año pasado del Papa Francisco con los novios, organizaron celebraciones dedicadas a los enamorados. Desde Dublín hasta Australia, pasando por Francia Italia y España, nos han llegado muchos testimonios de cómo se celebró el 14 de febrero.
Por ejemplo en Dieppe (Francia), 34 parejas renovaron sus votos matrimoniales en la iglesia de Saint Jacques (Arquidiócesis de Rouen). A continuación, en la cena, las parejas continuaron la celebración con el sacerdote y con numerosos jóvenes de la parroquia, dando vida a un hermoso día de alegría, oración y fraternidad, en un animado dialogo con parejas practicantes y parejas alejadas de la práctica eclesial. En Dublín se celebró junto al mismísimo San Valentín, en el Santuario que alberga algunas de sus reliquias, en Whitefriar Street Church. En dicho lugar, en nombre de la Conferencia Episcopal de Irlanda, el obispo de Kildare y Leighlin, Monseñor Denis Nulty, bendijo a una pareja de novios, cuya boda está prevista para el 2016. En Australia, la Conferencia Episcopal del país quiso regalar a todas las parroquias, por sexto año consecutivo, un kit con fascículos que permiten a las parejas de novios el pasar de una fiesta cada vez más secularizada a una fiesta cuyos orígenes son cristianos. Concretamente, el tema de este año fue "divertirse en pareja", dar la prioridad al tiempo libre para estar juntos, tiempo en el que se pueden crear situaciones alegres y divertidas capaces de fortalecer el vínculo del amor para toda la vida. Hermosa fue la iniciativa que surgió en Mantova "En camino con el Obispo hacia el matrimonio": Monseñor Roberto Busti se reunió con los novios (incluidos los que cohabitan) que están a punto de casarse en la iglesia de San Valentín en Marengo. "Mi amado es para mí, yo soy para mi amado" (Ct 2,16) fue el título de la primera celebración diocesana para los novios organizada en Tivoli, en la parroquia de San Giuseppe Artigiano en Villanova di Guidonia. En dicha celebración, el obispo, monseñor Mauro Parmeggiani, encontró y bendijo a muchas parejas de enamorados. La jornada se caracterizó por dos momentos: la celebración eucarística y el diálogo entre los futuros esposos y el obispo. Además, como hizo el año pasado el Santo Padre en San Pedro, Monseñor Parmeggiani regaló a todos los participantes un pequeño cojín porta alianzas para el día de sus respectivas bodas. En el sur de Italia, en Caserta, en la Iglesia Catedral de la ciudad tuvo lugar el encuentro del obispo, Monseñor Giovanni D‘Alise, con los novios de la diócesis. Su Excelencia regaló a los presentes un poema escrito por él personalmente, que culmina con la exultación de la amada: "Ahora puedo volar, puedo soñar, puedo incluso hacer proyectos: he encontrado el amor. Ahora, gracias a ti, he descubierto el infinito, que también está en mí ". En Vigevano Monseñor Maurizio Gervasoni celebró la Misa. En el transcurso de la Misa el obispo bendijo a los novios. Fue un hermoso momento de fraternidad y alegría que continuó con "La fiesta de la ternura", donde más de un centenar de personas cenaron y se divirtieron juntos.
En Faenza, el 13 de febrero, víspera de San Valentín, en la iglesia de los Santos Hipólito y Lorenzo, se celebró una vigilia: una cita que seguramente ya no olvidará ninguna pareja de la diócesis. Matrimonios, novios, religiosos, sacerdotes y laicos solteros se reunieron en una celebración presidida por Monseñor Claudio Estanques. Dicha celebración se dividió en tres etapas, en cada una de estas etapas se analizaron con mucha atención las componentes de la maravilla que significa ser dos en uno: el amor, la misión y la alegría. Finalmente cabe destacar los numerosos participantes de la celebración organizada por la Diócesis de Alcalá de Henares, España. En la tarde del 14 de febrero en la catedral principal de la ciudad, el obispo, monseñor Juan Antonio Reig Pla, presidió una vigilia de oración con el Santo Rosario y bendijo a los novios y a los matrimonios. En la vigilia también estuvieron presentes parejas con problemas, que están luchando por su matrimonio, así mismo se contó con la presencia de separados y divorciados, que tuvieron la oportunidad de rezar para que el Señor sane sus matrimonios y familias. Los fieles fueron bendecidos personalmente por el obispo mientras llevaba el manto de la Virgen María que bajo la advocación de Nuestra Señora del Valle, es la patrona de la ciudad española.