El matrimonio Kowalewski nos contó la historia de la Human Life International en Polonia, a la luz de la encíclica Evangelium Vitae, cuyo vigésimo aniversario se celebrará en Roma el 24 de marzo
El 24 de marzo en la Basílica Papal de Santa María la Mayor en Roma, tendrá lugar la gran vigilia de oración con motivo del vigésimo aniversario de la encíclica Evangelium Vitae. El Pontificio Consejo para la Familia ofrece una serie de testimonios que ponen de manifiesto el vínculo, ahora más fuerte que nunca, entre el documento magisterial y el variopinto mundo de los que luchan cada día en defensa y apoyo de la vida. La primera historia es la de Ewa Kowalewska y Lech Kowalewski, ambos son los responsables de Human Life International en Polonia y nos explican su fructífera relación con esta encíclica, desde que fue promulgada hasta el día de hoy:
"El anuncio de la encíclica del Papa Juan Pablo II, Evangelium Vitae fue una verdadera sorpresa para nosotros. Al haber crecido en un ambiente impregnado de la pastoral familiar y habiendo trabajado en el Consejo de la familia de la Iglesia católica en Polonia, estábamos profundamente arraigados en el mensaje de la encíclica Humanae vitae de Pablo VI. La visión positiva y cristiana del matrimonio, el conocimiento de los métodos naturales de fertilidad, la educación y la defensa de la vida de los no nacidos han sido los valores que la Iglesia polaca siempre nos ha transmitido plenamente. Todo esto nos ha dado la fuerza para construir no sólo un matrimonio y una familia feliz, sino también para participar activamente en la lucha contra el aborto, muy extendido en Polonia. Ambos hemos sido siempre muy conscientes de que los fundamentos de nuestro gran edificio de amor fueron establecidos por el Cardenal Karol Wojtyla, el futuro Papa Juan Pablo II e inspirados por la sabiduría contenida en la encíclica Humanae Vitae. Nos enteramos en 1991 que el Santo Padre estaba trabajando en una nueva encíclica, dedicada a la protección de la vida humana. Este fue, de hecho, el tema principal de muchas conversaciones privadas que tuvimos durante el Congreso Internacional de las Familias, celebrado en Bratislava bajo el patrocinio del Pontificio Consejo para la Familia. Por supuesto esta noticia nos llenó de satisfacción. Una noticia que fue confirmada más tarde por los hechos: esta encíclica era exactamente lo que el mundo moderno necesitaba. Lo que la Iglesia necesitaba".