Entrevista exclusiva con motivo de la presentación del "Gran Misterio"
Maestro Bocelli, ’puede decirnos el motivo de su elección para participar en un proyecto como éste?
Creo que es un gran privilegio, pero también un deber, para cada uno de nosotros, el ser testigos, activos y gozosos, del mensaje cristiano, y difundirlo lo más posible, a través del ejemplo, brindando así la posibilidad de poder compartirlo. Creo que la música es potencialmente una extraordinaria herramienta de la fe (como puede ser, por otra parte, cada fruto del ingenio humano). Voz del espíritu, se mueve por caminos que penetran en las esferas más íntimas de nuestra psique, sin alteraciones debidas a los condicionamientos. Leibniz describió la música como "oculto ejercicio aritmético del alma que no sabe enumerarse". Es más, anteriormente al filósofo alemán, Aristóteles le atribuyó el potencial de "cambiar el carácter del alma". Pues bien, la buena música es portadora de un fuerte mensaje de paz y fraternidad, siendo así capaz de educarnos a la belleza, abriendo nuestros corazones y mentes. Interpretar el repertorio sagrado, y también escucharlo, según mi parecer es una forma intensa de oración. Y este potencial es una valiosa oportunidad llena de expresión, florecimiento, cuando la escucha se apoya y se eleva gracias a momentos de reflexión, a manos de los sacerdotes, ministros de la misericordia divina, pastores de la familia de Dios.
’Por qué Andrea Bocelli canta para la familia?
La familia es el principal bloque de construcción de la sociedad, pero también - para nosotros los creyentes-es la herramienta esencial para construir el Pueblo de Dios. Creo firmemente en la institución y en los valores que lleva consigo. Lo experimento cada día en mi piel: su importancia crucial, a nivel personal y en el ámbito de la sociedad civil. La familia, instaurada en el sacramento del matrimonio, da plenitud y sentido a la existencia, sobre todo cuando se repite el milagro de la vida a través la descendencia. Los hijos, que siempre deben ser la primera razón de la vida de los padres, la prioridad absoluta, tienen la preferencia sobre cualquier otro afecto y compromiso. Me gusta evocar una palabra con connotación musical, que representa el elemento imprescindible para una vida pacífica en la familia: "armonía". La armonía, construida día a día, eligiendo - en cada acción - la opción que conduce al bien, tratando de poner en práctica los valores que, en mi caso, mis padres me enseñaron y que trato de transmitir a mis hijos .
Cantar la familia ’en una iglesia y "en la Iglesia"?
Por supuesto, la familia se puede evocar, alentar y apoyar en cualquier parte, como una insustituible escuela de afectos, es la institución fundamental para la expresión y transmisión de los valores cristianos. La iglesia, sin embargo, sigue siendo el lugar por excelencia, porque es la casa de Dios y un dulce remanso de paz para nuestras almas. Nuestras almas se pueden reconocer en la Iglesia hermanas en la oración. En el seno de la iglesia (y por lo tanto a través de las enseñanzas de Aquel que la inspiró), podemos ahondar juntos, y comprender mejor la extraordinaria fuerza del amor entre el hombre y la mujer, y por consiguiente de la familia. No es por casualidad que el Concilio Vaticano II llama a la familia "Ecclesia domestica".