Monseñor Anatrella explica en una entrevista el por qué no podemos hablar, nunca, de "matrimonio" homosexual
"Acoger con amabilidad y simpatía a todas las personas, que es lo que la mayoría de los sacerdotes hace, es una cosa; crear la institución ‘matrimonio’ en base a su situación particular es otra cosa". Así lo afirma monseñor, Tony Anatrella en una entrevista con Zenit sobre la reciente votación irlandesa a favor de las uniones homosexuales, señalando que, lejos de ser "retrograda", la posición católica es “profética". Psicoanalista y especialista en Psiquiatría Social, monseñor Anatrella es consultor del Pontificio Consejo para la Familia y del Pontificio Consejo para la Salud.
El voto irlandés, explica, es "una derrota para la familia y para el significado del matrimonio, que se expresa en la alianza de los dos sexos; una institución que no se aplica a los que experimentan una atracción hacia personas del mismo sexo. La alianza, por lo tanto, se altera porque el matrimonio es una institución laica creada en la extensión de la diferencia sexual. Podemos decir entonces que se roban las palabras y los símbolos y se atribuyen a otras realidades, que están fuera de la lógica del pacto conyugal". Si lo vemos con esta luz, el derecho civil pierde su fuerza, ya que dice mucho "del nocivo estado de las democracias occidentales que además de pretender dar lecciones al resto del mundo quieren colonizar ideológicamente la mente con un cambio de paradigma . Se quiere redefinir a la pareja, al matrimonio y a la familia a partir de la orientación sexual (que no son más que deseos) en detrimento de las dos identidades sexuales del hombre y de la mujer. Nos encontramos- continuó - frente a un declive de la vida emocional si organizamos la sociedad sobre la base de la orientación sexual, en lugar de a partir de las únicas dos identidades sexuales que existen: la masculina y la femenina". Todo lo demás, interpretado indiscriminadamente como "homofóbico", "nos impide pensar que hemos de hacer las distinciones necesarias".