Monseñor Paglia: "Transmitid a los hombres de nuestro tiempo los valores familiares"
"El Señor bendiga y haga fecunda vuestra contribución al bien común de la sociedad y de la Iglesia, mostrando cómo justamente la realidad matrimonial, en su forma original tomada del libro del Génesis y de la visión nupcial del amor del Señor Jesús, es la única que puede estar ante Dios, continuando la obra de la creación y la cooperación con el Creador en la historia de la salvación a través de la sucesión de las genealogías". Son palabras de monseñor Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, en su mensaje para la apertura, hoy en el Vaticano, del V Encuentro de Juristas de habla portuguesa sobre la familia. Dicho encuentro abordó el tema "Constitución y Familia: las políticas públicas y el Sínodo de la Iglesia católica sobre la Familia".
Las dos últimas Asambleas generales del Sínodo de la Iglesia sobre la familia, dijo monseñor Paglia citando la premisa del Instrumentum Laboris, “han confirmado en primer lugar que ‘el anuncio del Evangelio de la familia forma parte integral de la misión de la Iglesia, dado que la revelación de Dios ilumina la realidad de la relación entre el hombre y la mujer, de su amor y de la fecundidad de su relación. En el tiempo actual, la generalizada crisis cultural, social y espiritual constituye un desafío para la evangelización de la familia, núcleo vital de la sociedad y de la comunidad eclesial’. La Iglesia es más consciente que nunca de que su anuncio ha de ser el de la "belleza de la vocación al amor", y que esto - añadió - es además un "gran potencial para la sociedad". La Iglesia dialoga con el Estado, sobre todo en estos temas, prosiguió, "espera con confianza acciones y leyes para un apoyo concreto en el empleo, la política fiscal, la ayuda a las familias y a los hijos, a las mujeres madres que trabajan. Somos conscientes de que muchas situaciones pastorales difíciles también se deben a deficiencias legislativas y a la falta de políticas familiares, víctimas del prejuicio según el cual casarse equivale a una pérdida económica". Por este motivo, el Estado "frente a las proporciones cada vez más preocupantes de la triple crisis del matrimonio, de la natalidad y de la educación, tiene que dialogar con la Iglesia, reconociendo que el matrimonio y la familia son una estructura fundamental de la sociedad civil y no simplemente una tradición cultural o una exigencia social o jurídica". El presidente del Dicasterio subrayó que "las familias fundadas en el matrimonio ofrecen beneficios esenciales a la sociedad a través de la generación de nuevos ciudadanos y del aumento de las virtudes sociales, por lo tanto tienen derecho a un adecuado reconocimiento cultural, jurídico, social y económico. Las leyes pueden poner en peligro al matrimonio y a la familia, pero también pueden apoyarlos, defenderlos y promoverlos como su mayor recurso de interés público, no equiparables a otras formas de convivencia de carácter privado". Por último se dirigió a los participantes deseándoles que su trabajo "pueda iluminar y presentar de modo convincente a los hombres de nuestro tiempo los valores de la familia, en una sociedad que conoce el valor de la libertad religiosa y de una auténtica laicidad".