Un proyecto para analizar las diferentes modalidades familiares y su impacto en los individuos y en la sociedad
"’La familia, sea cual sea su modalidad, es realmente la misma realidad' ’Se debe promover esta diversidad' ’Qué es lo que habría que hacer?" A raíz de estas preguntas surgió hace algunos años, en el Pontificio Consejo para la Familia, un proyecto con el objetivo de verificar las consecuencias producidas por la diversidad de formas de la familia. Los informes presentados durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en la Ciudad de México mostraron los beneficios que una familia esencialmente sana aportaba a las personas y a la sociedad, así como el sufrimiento y las dificultades derivadas de las familias rotas, recompuestas o incompletas, afectaban al desarrollo de los individuos y de la sociedad.
Las investigaciones sociológicas muestran que en muchas sociedades se están consolidando las tendencias que conducen a la desintegración de la familia, integrada hoy en día en contextos sociales que no le son muy favorables o, en el mejor de los casos, hacen que ésta parezca irrelevante. Hasta ahora, la investigación se ha llevado a cabo en Italia, España, Polonia, Brasil, México, EE.UU., Argentina y Chile, produciendo "resultados interesantes que nos han permitido observar que, a pesar de las diferencias culturales y la innegable existencia de las tendencias de diversificación de las formas de la vida familiar, la familia que viene de un matrimonio heterosexual, monógama, estable y socialmente reconocida, garantiza una mayor prosperidad a las personas y a la sociedad. El objetivo de dicha investigación es proporcionar herramientas y un método de trabajo adecuado para apoyar a la familia en el contexto de la pluralidad social de hoy en día: este esquema es compatible con los grupos, asociaciones y movimientos católicos que trabajan para apoyar el bien de la familia y con las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el mismo campo". Este proyecto de investigación, aún en curso, es muy interesante en vista del próximo Encuentro Mundial de las Familias en Dublín y, en el futuro, se espera que la investigación se extenderá a algunos países de África y Asia.