El subsecretario del Dicasterio, Mons, Carlos Simón Vázquez, la Peregrinación de las familias al Santuario de Knock, en Irlanda
En el día de la Natividad de María, el domingo 8 de septiembre, se ha llevado a cabo la Peregrinación de las familias, de los abuelos con los nietos, al Santuario de Nuestra Señora de Knock, Reina de Irlanda, promovido por la Asociación Católica de Abuelos (Catholic Grandparents Association). En el pequeño pueblo del Norte, la Virgen se apareció a un grupo de personas con edades comprendidas entre los 6 y los 75 años, el 21 de agosto de 1879; Su Santuario es el lugar de culto más visitado en Irlanda. En representación del Pontificio Consejo para la Familia ha participado el subsecretario, Mons. Carlos Simón Vázquez. La tarde anterior, el sábado 7 de septiembre, los fieles se reunieron en el Santuario, en comunión con la Plaza de San Pedro en Roma, para la vigilia de oración por la Paz en Siria, Medio Oriente y en el mundo, convocada por el Papa Francisco.
En la víspera del viaje para Irlanda, preguntamos Monseñor Carlos Simón ’Cómo pueden hoy los abuelos ser "presencia vivía en la familia, en la Iglesia y en la Sociedad' Como pidió Benedicto XVI hasta los últimos días de su Pontificado.
«Los abuelos son una presencia viva sobre todo en la tarea que Benedicto XVI más tenía en su corazón; un "desafío educativo"», ha dicho Mons. Carlos Simón Vázquez. «Como ha dicho el Papa Ratzinger en ocasión de la Plenaria de nuestro Dicasterio en abril del 2008, los abuelos son la "memoria viva" de la familia, los que mantienen viva la relación intergeneracional, con la prudencia y la sabiduría de la experiencia, para transmitir los valores auténticos de la vida y de la convivencia social, que han vivido muchas veces con sufrimiento, con sacrificio, aprendiendo de los errores». Los abuelos ayudan, también, a los padres en la formación integral de las nuevas generaciones. En el contexto actual, de una «cultura del descarte» - como la ha definido el Papa Francisco - del poder, del tener, «los abuelos traen el don del testimonio a las familias como comunión de personas, en la cual cada uno responde a lo que es y no a lo que tienen, haciendo brillar la cultura de la esencialidad y del amor, de la gratuidad. La vejez no es solo la reducción de la existencia humana, sino un estado de vida en el cual se está capacitado para transmitir una educación para la vida, la familia, la fe y la gratuidad».
Los abuelos serán los grandes protagonistas de la Peregrinación de las Familias promovido por nuestro Dicasterio a la Tumba de San Pedro, con el Papa Francisco, en Roma, el 26 y 27 de octubre próximo.