Testimonio de Mary Joan Osunde, nigeriana, participante en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Familia (23-25 de octubre de 2013)
«En África, la mujer es el jefe de familia, la que está en el centro de la casa, la que se ocupa de todo (el marido, los hijos, los nietos) y mantiene la unidad». Es el testimonio de Mary Joan Osunde, junto a su marido David, miembros del Pontificio Consejo para la Familia. Los cónyuges Osunde están casados desde hace 37 años y tienen siete hijos, dos hombres y cinco mujeres.
«En nuestra cultura, el matrimonio es para toda la vida. La familia es una pequeña comunidad en el seno de la comunidad. Todos viven juntos: los padres con los hijos y los nietos, con los hermanos y los primos, y los problemas se resuelven juntos. Las parejas jóvenes viven en una sola familia». Muchos jóvenes - dicen los cónyuges Osunde - sufren la influencia de la cultura occidental, a través de los medios, y tienden a imitar lo que viene de Europa. «Los jóvenes, hoy, se resisten a casarse. Pero el problema no es sólo cultural, es principalmente económico. No hay trabajo y así el matrimonio es más difícil y no se tienen hijos. Se antepone la realización personal, profesional y social, la carrera, a los afectos y a la familia. Pero el bien del individuo depende de su realización en la vida familiar. Nosotros católicos debemos testimoniar y difundir la alegría y la belleza del amor que no tiene límites, si es vivido en el amor a Jesús». «El Papa ha dicho claramente qué y cómo la Iglesia d Cristo debe ser − interviene David −: abracémonos unos a otros, con ternura, comprensión y misericordia, para llevar la luz y el calor del amor de Jesucristo. esta es la llave de la pastoral familiar».