Homilía del Papa Francisco el martes 19 de noviembre de 2013
La «coherencia de fe» es también «la responsabilidad de dejar una herencia noble, una herencia verdadera. Vivimos un tiempo en el cual los ancianos no cuentan. Es muy feo decirlo, pero son descartados, porque fastidian. Los ancianos son quienes tienen la historia, llevan la doctrina, la fe y la entregan como herencia». Y en esta «su comportamiento ejemplar, se reconoce el papel de los ancianos en la Iglesia y en el mundo». Estas han sido las palabras del Papa Francisco en la homilía hecha en Santa Marta el martes 19 de noviembre de 2013. La pregunta con la que ha iniciado el Papa su reflexión sobre el Evangelio de Mateo 23, ha sido: «’que dejamos como herencia a nuestros jóvenes?». También, el Pontífice ha recordado al sabio Eleazar en el segundo libor de los Macabeos, que se ofrece al martirio para no contradecir un precepto divino y dar un mal ejemplo a los jóvenes. «Este hombre, ante la posibilidad de elegir entre la apostasía y la fidelidad no duda. Él no piensa en sí mismo, no piensa más que en Dios, no ofenderlo con el pecado de la hipocresía y la apostasía, e incluso piensa en la herencia que debe dejar a los jóvenes». «Nos hace bien pensar en muchos ancianos y ancianas, en muchos que se encuentran en residencias y otros tantos que son abandonados».«Los abuelos son el tesoro de nuestra sociedad - ha continuado el Santo Padre-. Un pueblo que no cuida a los abuelos y que no les respeta, no tiene futuro, porque no tiene memoria, la ha perdido». Y después: «Recemos pro nuestros abuelos y nuestras abuelas, que muchas veces han tenido un papel heroico en la transmisión de la fe en tiempos de persecución».