Desde Bocelli hasta Gipo, el 28 de septiembre se espera en la plaza San Pedro a los artistas más amados por los ancianos y pequeños
Los más de 40 mil ancianos y abuelos provenientes de más de 20 paises (en cabeza Italia, España, Argentina y los Estados Unidos) que participarán en la jornada del 28 de septiembre, “La bendición de la larga vida”, tendrán la posibilidad de prepararse al dialogo con el Papa Francisco participando a un momento de testimonios, previsto en la plaza de San Pedro de 8.30 a 9.30. Una hora distribuida en dos partes: en la primera se podrá seguir un recorrido sobre la ancianidad en cinco episodios bíblicos, y en la segunda un sacerdote anciano tomará la palabra –utilizando solo diez verbos- para hablar del sentido profundo de la etapa de la vejez. Estos dos momentos estarán acompañados de la participación de un personaje conocido y predilecto de todos los niños italianos: Gipo.
En concreto los cinco pasajes bíblicos se concentrarán en la figura de Sara (que servirá de introducción al tema de la presunta inutilidad/esterilidad del anciano), la de Noemí y Rut (cuando una nuera no abandona a su suegra), después se reflexionará sobre la figura de Eleazar y la responsabilidad que tiene cada anciano con las generaciones más jóvenes y la transmisión de la fe. Las últimas dos etapas del camino escriturario estarán centradas en los personajes del Nuevo Testamento, dónde Zacarías e Isabel y Simeón y Ana presentarán a los ancianos de hoy una doble enseñanza: la de envejecer juntos para hacer la voluntad de Dios, y la de manifestar la gratitud por una vida entera consagrada al Señor. En el contexto de la jornada de fiesta y de oración está prevista la participación de una pareja de ancianos refugiados iraquíes provenientes de Qaraqosh (de la diócesis de Mosul) que saludarán al Papa en nombre de tantos ancianos que sufren en las zonas de conflicto. La apertura musical, a la llegada del Santo Padre, corre a cargo de Andrea Bocelli. Además de estas iniciativas hay otras más previstas, para poder así exclamar con alegría y convicción: “¡felicidades, abuelos!”.