Inició, el lunes en la tarde, el debate general del Sínodo extraordinario. Algunos padres subrayan los elementos de bondad y verdad revelados incluso en las familias imperfectas.
Eran 180 los padres sinodales que, el lunes en la tarde, han tomado parte de la II Congregación general del Sínodo extraordinario de la familia, dando así inicio al verdadero debate. Entre las numerosas observaciones surgidas en la confrontación en el aula, en presencia del Santo Padre, ha destacado una basada sobre principio de la gradualidad, ya señalado por el Concilio Vaticano II y aplicado en las relaciones con otras religiones. De hecho, según algunos padres sinodales, “también las situaciones imperfectas deben ser consideradas con respeto: por ejemplo, las uniones de hecho en las que se conviva con fidelidad y amor, presentan elementos de santificación y de verdad. Lo esencial, por lo tanto, es considerar ante todo los elementos positivos para que el Sínodo infunda valentía y esperanza también en las formas imperfectas de familia, que pueden ser valorizadas según el principio de la gradualidad”.