En las lecturas de hoy David, Pablo y María escuchan la llamada de Dios y se ponen a su disposición cambiando sus planes y su forma de vida. Antes de casarse uno siempre quiere saber todo del otro. Se escucha con atención todo lo que dice, hasta que, como consecuencia, el otro se siente amado y mimado. Pero con el paso del tiempo y las presiones de la vida de todos los días, la calidad de la relación entre los cónyuges, en particular en lo que respecta a la escucha, puede mermar significativamente. Por lo tanto, es para todos nosotros, una continua necesidad el reflexionar sobre la calidad de nuestra escucha, y especialmente el resistir a la tentación de cortar a la persona que está hablando. Cuando escuchamos con el corazón y con los ojos, de la misma manera que con los oídos, empezamos a reconocer los aspectos de nuestro comportamiento y actitudes erróneas que tenemos que cambiar. Escuchar es una forma de amar ... al igual que la voluntad de querer cambiar también es amar. Al compartir la respuesta con el otro entonces nos podemos preguntar: ’cuándo fue la última vez que realmente escuché a mi esposo, a mi esposa?
(Meditación de Two in One Flesh – Christian pro-marriage team- website: http://www.twoinoneflesh.org.uk/)