Son casi dos millones - 1.891.406, casi el doble del millón requeridos por la ley para la aceptación de las peticiones a Instituciones Europeas- logrados por los miembros de la campaña "Uno de nosotros", en la recogida de firmas que acaba de terminar (1 de noviembre de 2013) en 20 países de la Unión Europea - el número mínimo era 7 -, lo que representa 77% de la población europea, para presentar una propuesta de Reforma Legislativa para la defensa de la vida humana desde las primeras etapas de su desarrollo, el reconocimiento de la personalidad jurídica del embrión humano, y acabar con la financiación europea a las actividades que implican la destrucción de embriones humanos.
 
La Comisión Europea verificará las firmas, los próximos tres meses y luego considerará si concede la solicitud de una reforma legislativa.
Esta, una de las primeras iniciativas de democracia participativa de los ciudadanos europeos que introduce el Tratado de Lisboa, se manifiesta como un éxito de los valores humanitarios fundadores de la UE. Se espera que la iniciativa sea coherente con el resultado de la campaña de adhesiones, que ha tenido - como evidencia Mons. Piotr Mazurkiewicz, oficial del Pontificio Consejo para la Familia - un carácter ecuménico e interreligioso. «La cooperación entre los movimientos pro-vida en toda Europa y con los ciudadanos europeos que se han movilizado para la campaña "Uno de nosotros", es en sí mismo ecuménica», dice Mons. Mazurkiewicz .«Reunió a católicos, protestantes y ortodoxos, e incluso a los musulmanes y a las organizaciones no adheridas a ninguna religión. Se establece una nueva identidad de una Europa unida: una Europa a favor de la vida concreta y en la defensa de los seres humanos sin discriminación».
Italia es el país que ha destacado por el número de firmas recogidas; más de 600000. Seguido por Polonia, con 250 mil. Malta es el tercero en porcentaje de firmas recogidas en proporción a sus habitantes.
«Los pueblos de Europa han logrado algo sin precedentes; y piden a las instituciones comunitarias a que salgan y lo digan sin reticencias o ambigüedades, que todo hombre tiene derechos, sin distinción o límites. En particular, el más débil: los no nacidos», afirman los lideres italianos del comité organizador por medio del presidente del Movimiento Pro vida, Carlo Casini.