«Ya han pasado siete días desde el Nacimiento de Jesús, cuando nuestros ojos se dirigieron hacia aquel niño y hacia todos los pequeños y débiles de este mundo. Hoy, la Iglesia siente la necesidad de contemplar a la Madre y hacerle fiesta». Escribe así, nuestro Presidente, el Arzobispo Mons. Vincenzo Paglia, en el comentario a las lecturas del miércoles 1º de enero, primer día del 2014, Fiesta de María Madre de Dios ( en su obra : "La Palabra de Dios cada día 2014”).
 
«María con Jesús en su regazo o en sus brazos es una de las imágenes más familiares a considerar del misterio de la Encarnación», afirma Mons. Paglia, quien recuerda: «ya es toda una tradición, que el primer día del año, la Iglesia se reúna en oración para invocar la Paz». Después, la oración: «Ven Espíritu del Señor y transforma los corazones de los creyentes, para que quitando su dureza y ablandándose frente a la debilidad del Niño; transformen los corazones de nuestra ciudad y de nuestros países, para que el odio, la envidia, la maledicencia, el abuso, el desinterés, sean alejados y crezca la solidaridad... transforma los corazones de todos los hombres y de todas las mujeres, para que redescubran el rostro del único Dios, Padre de todos».