"El Sínodo será sobre la Familia, los problemas de la familias, sus riquezas y situaciones actuales. La preliminar exposición del cardenal Kasper contaba con cinco capítulos, cuatro de los cuales trataban sobre las hermosas realidades de la familia y su fundamento teológico. El quinto capitulo trataba el problema pastoral de las separaciones y las anulaciones matrimoniales contemplando también el asunto de los divorciados en segunda unión. A mi no me ha gustado que muchas personas, incluso de Iglesia, hayan dicho que: El Sínodo es para dar la comunión a los divorciados de nuevo casados, como si todo se redujera a una dialéctica. Hoy lo sabemos, la familia está en crisis, es una crisis mundial, los jóvenes no quieren casarse, o conviven. No quisiera que caigamos en esta dialéctica: ’se podrá o no dar la comunión? El problema pastoral de la familia es mucho más amplio, amplísimo. Se debe estudiar caso por caso. Vuelvo siempre a algo que el Papa Benedicto ha dicho ya tres veces: se necesitan estudiar los procesos de anulación matrimonial, estudiar la fe con la que una persona va al matrimonio y dejar claro que los divorciados no están excomulgados. Muchas veces se les trata como a excomulgados. Elegir el tema del Sínodo sobre la Familia ha sido una experiencia espiritual fortísima, poco a poco hemos llegado a hablar de la familia. Estoy seguro que ha sido el Espíritu del Señor el que nos ha guiado hasta aquí". (extracto del Vatican Insider)