Mons. Jean Laffite, escuchado por el obispo auxiliar de la diócesis de Westminster, S. Exc. Mons. Alan Stephen Hopes, con motivo de su intervención, el 9 de marzo de 2013, en la Student Union Hall del St Mary´s University College en Twickenham (Reino Unido) sobre “Marriage and the family in a culture of relativismo”, promovido por el Profesor Edmund Adamus, Director de la Comisión Marriage and Family Life de la diócesis de Westminster.

Mons. Laffitte ha analizado de forma detallada el contexto actual del relativismo ambiental, antes de desarrollar más ampliamente el tema de la familia y del matrimonio en el mundo de hoy. El contexto cultural es de un «liberalismo moral fundado en una perspectiva de libertad absoluta, libertad sin límites», para el cual «el bienestar es entendido sobre todo en sendito hedonístico».

«La difusión de los nuevos modelos culturales se acompaña de nuevos criterios morales. Sobre todo entre los jóvenes, con un nuevo concepto de las relaciones interpersonales, del valor y de la práctica de la sexualidad y del mismo concepto de vida humana. Toda referencia a la ley natural es abolida y ridiculizada». Entre los efectos de esta mutación cultural, está sin duda «la pérdida de la esperanza, humana y cristiana, en el amor humano. Las uniones sentimentales no están necesariamente fundadas sobre una relación formalizada y un proyecto de vida». Así, esta es la prioridad del trabajo pastoral: «la percepción de que se va perdiendo el valor de la indisolubilidad de la unión conyugal. Los jóvenes no ven ya la difernecia entre un buen matrimonio que dura para siempre, para toda la vida, hasta la muerte, y un marimonio que dura lo más posible». El modelo cultural que prevalece es de una unión que tiene una duración limitada.

«Para restituir la esperanza a los jóvenes, es necesario hacerles comprender que la indisolubilidad es una parte esencial del amor entre un hombre y una mujer unidos en matrimonio, y es una cualidad intrínseca de este amor».

Otro elemento de atención pastoral se refiere a «la apertura a la vida, a la cual son llamadas las parejas casadas». La sexualidad es vivida como comunión recíproca y don total de sí entre los esposos, en el ámbito de un proyecto familiar que no está cerrado a la esfera privada, sino que presupone una visión de la sociedad en la cual la familia se constituye y se desarrolla.
 
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