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La conciencia dice no a leyes injustas
Mons. Tony Anatrella, consultor de nuestro Dicasterio, sobre el "matrimonio para todos" legalizado en Francia



Comentando las recientes innovaciones legislativas en Francia sobre el matrimonio, ha intervenido un autorizado miembro consultor del Pontificio Consejo para la familia, mons. Tony Anatrella, psicoanalista y psiquiatra social, en una entrevista en "Zenit", con motivo de la manifestación que se ha celebrado en París el 26 de mayo contra el llamado "matrimonio para todos".
 
El matrimonio, sociedad natural que fundamenta la sociedad, no puede ser más que heterosexual, "la homosexualidad es un asunto privado", afirma, entre otras cosas, mons. Anatrela. "El matrimonio no es un derecho". "Hay una confusión entre sexo y sentimiento" y se asiste a "una manipulación política" basándose en esta confusión, psicológica, moral y jurídica. Para el psiquiatra social, el gobierno francés ha tomado "una grave decisión, que transgrede el orden de la humanidad". Sería mejor, en cambio, "una visión más humana y más auténtica de la política", que traiga la paz en lugar de la división y la confusión. La mayoría de la población francesa es contraria a la ley que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, y "no son fascistas, ni homófobos, ni matones, ni integristas religiosos. Son ciudadanos que piden respetar los grandes equilibrios humanos que estructuran la familia y la filiación entre un hombre y una mujer". "El derecho está, con frecuencia, más en las palabras y en los ideales que en los hechos con los que éstos se defienden", afirma mons. anatrella. Y "para defenderse de los peligros de pasar de un extremo al otro, los responsables políticos deben ser lúcidos, valientes y tener convicciones justas y honestas".
Leyes equivocadas, en nombre de presuntos actos de justicia que se traducen, en cambio, en modificaciones radicales que generan injusticia y son perjudiciales para los equilibrios sociales, provocan cambios peligrosos en la psicología de las personas más débiles y en las raíces de la sociedad. En tanto que psiquiatra social, el prelado pone de manifiesto como "las personalidades más frágiles, con tendencias idiosincráticas, son desestabilizadas por los errores, las contradicciones, las patologías de ciertas leyes que alteran el orden simbólico sobre el que se elabora la sexualidad humana", con el efecto de una "desintegración social". Este "dejar hacer" a "lobbies y minorías agitadoras para que impongan un nuevo modelo de familia y de filiación que no tiene ninguna relación con la realidad, es inaceptable". Las mutaciones son antropológicas, antes que políticas. Ante una ley tan injusta sólo se puede actuar con la objeción de conciencia.
 
 


Ultimo aggiornamento di questa pagina: 01-LUG-14
 

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