"Aquí no está en juego el respeto que se debe a todas las personas, sino el rechazo de unos valores que la comunidad cree proteger públicamente como la expresión de su propia razón de ser." Estas son las palabras de la comisión diocesana "Vittorio Bachelet" para la educación católica, escuelas y universidades de la diócesis de Trieste en su informe sobre "La identidad sexual, la vida y la familia: tareas educativas de la escuela". "Está bastante claro que el fundamento de cualquier sociedad no son dos individuos asexuados, sino una pareja heterosexual abierta a la vida. Si no fuese así- aclara la Comisión - en la sociedad no habría complementariedad y mutua aceptación entre los seres definidos sexualmente como "hombre" y "mujer", sino una mera yuxtaposición y la comunidad no se reproduciría de una manera natural ". Por tales razones a la comisión le parece evidente que "la sociedad no puede equiparar todos los procesos sexuales, sino que debe proteger y promover la pareja natural, ya que solamente ella es la verdadera cédula fundamental de la sociedad."