Una caravana que deja atrás las murallas de la ciudad. Encabezando la caravana la Sagrada Familia y un ángel custodio que acompaña el camino de todo un pueblo: sacerdotes, religiosas, hombres, mujeres, ancianos, niños, algunos vestidos con trajes tradicionales de la ciudad de Mosul y Qaraqosh. Todo esto se puede apreciar en la copia de un cuadro que el padre Rifat Bader, director del Centro de Estudios Católicos y Medios de Comunicación de Ammán y pastor en Naour regaló al Papa Francisco. La obra ha sido realizada por un fugitivo, y el padre Rifat explica: "No puedo revelar su nombre porque se teme por su vida, pero en el cuadro ha logrado reflejar el drama vivido por la comunidad cristiana de Mosul."
El sacerdote entregó al Papa una carta escrita por familias cristianas iraquíes refugiadas desde hace varios meses en la parroquia de Naour, Jordania: "Nos dieron a elegir entre ser cristianos o ser asesinados", se lee en la carta, y "hemos tenido que huir de nuestras tierras con nuestro Cristo, con nuestra fe y nuestros principios. Elegimos escapar lejos de nuestras casas y de nuestro amado País, prefiriendo convertirnos en extranjeros en una tierra extraña, con todo el dolor y el sufrimiento que esto conlleva, en vez de convertirnos en presas de una tal violencia inhumana contra los inocentes".
