"El grado de progreso de una civilización se mide por su capacidad de proteger la vida, especialmente en sus etapas más vulnerables, y no por la difusión de las herramientas tecnológicas." El Papa Francisco no tiene ninguna duda sobre lo que realmente hace que una sociedad sea justa y hermosa; un tema abordado el sábado, 30 de mayo, en la audiencia en la que recibió a los participantes del encuentro organizado por "Ciencia y Vida", con motivo del décimo aniversario de la asociación.

El Santo Padre ha querido destacar todas las veces que la vida humana, y la sociedad en la que ésta se desarrolla, se ponen en peligro, con ataques reales: "El flagelo del aborto es un atentado contra la vida. Es un atentado contra la vida dejar morir a nuestros hermanos en los barcos en el canal de Sicilia. Es un atentado contra la vida la muerte causada por accidentes laborales porque no se cumplen las condiciones mínimas de seguridad. Es un atentado contra la vida la muerte causada por desnutrición. Es un atentado contra la vida el terrorismo, la guerra, la violencia; también la eutanasia. Amar la vida quiere decir cuidar de los demás, desear su bien, cultivar y respetar su dignidad trascendente".

Estas palabras están íntimamente ligadas con las que pronunció en el encuentro celebrado el día anterior, el viernes, junto a una veintena de niños gravemente enfermos, acompañados por sus padres y algunos voluntarios del Unitalsi, en la capilla de la Casa Santa Marta. Al preguntarle por qué los niños sufrían - pregunta que formularon los presentes pero que también todos nosotros hacemos al Señor -, el Papa Francisco respondió: "No tengáis miedo de preguntar, incluso para desafiar al Señor. "”Por qué?". Tal vez no obtendréis ninguna explicación, pero Su mirada de Padre os dará la fuerza para seguir adelante ... La única explicación que puede darte es: "También mi Hijo ha sufrido". No hay otra explicación. Lo más importante es la mirada. Y vuestra fuerza está ahí: en la mirada amorosa del Padre. "Pero, usted que es obispo – podríais preguntar – usted que ha estudiado tanta teología, ”no tiene nada más que decirnos?". No ... sólo se puede entrar en el misterio si el Padre nos mira con amor".

El Pontífice finalmente saludó a los niños enfermos dándoles las gracias por su valor diciéndoles que eran para él un ejemplo: "Realmente no sé qué deciros porque admiro muchísimo vuestra fortaleza, vuestra valentía. Nos has contado que te aconsejaron el aborto. Sin embargo tu dijiste: "No, que venga así, tiene derecho a vivir". Nunca, nunca se resuelve un problema echando fuera a una persona. Nunca. Estas son las reglas de los mafiosos. Estoy con vosotros así como soy, como lo siento. Y realmente no experimento una compasión momentánea, no. Os acompaño con todo mi corazón en este camino, un camino de valor, un camino de cruz, y también un camino que me hace bien, vuestro ejemplo. Y gracias por ser tan valientes ... Vosotros sois los pequeños héroes de la vida ".