El compromiso de la familia para seguir a Jesús, una nueva alianza que ha de establecerse entre la familia y la parroquia, y la profecía de la familia como comunión de personas en un mundo de personas cada vez más solas. En estos temas se centró el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, monseñor Vincenzo Paglia, en su intervención en el segundo encuentro general de la Acción Católica, que se llevó a cabo del 31 de julio al 2 de agosto en Madrid, en la Casa de espiritualidad de San José en San Lorenzo del Escorial. La situación de la familia es "paradójica": por un lado, explicó, "está en la cumbre de los deseos de todos, y sin embargo ya no resulta atractiva a la mentalidad general" Así que "una cosa es cierta: la familia, entendida como madre-padre-hijos-abuelos-nietos, con todas las modificaciones que ha sufrido en esta dimensión a lo largo de la historia, ya no es el corazón de la cultura, de la política, de la economía. La Iglesia Católica, a través del Sínodo, - subrayó monseñor Paglia - quiere volver a retomar la centralidad de la familia ya sea en la vida pastoral como en la vida de la sociedad. Ella sabe muy bien que cuando se trata de la familia no se trata de un mero tema eclesial, sino también humano, social, un bien de toda la humanidad". "La familia – concluyó dirigiéndose a los niños, jóvenes y adultos de las parroquias - es una bendición insustituible para la tierra, que es nuestra casa común, el hogar de todo los pueblos de ayer, de hoy y de mañana. La promesa que Dios hace al hombre y a la mujer, al origen de la humanidad, incluye a todos los seres humanos, hasta el final de la historia. Si tenemos fe - aunque sea poca -, las familias de los pueblos de la tierra verán que las familias cristianas y las comunidades parroquiales ya viven esta vasta solidaridad y se reconocerán en esta bendición". Monseñor Paglia, por último, invitó a las parroquias a "reencontrar la alianza que nos permite vivir el amor evangélico como el milagro que salva todo, que soporta todo, que envuelve todo con su ternura y con su misericordia".