"Un bálsamo de misericordia para la familia": es el título de la carta pastoral que el obispo de Gozo, Mario Grech, ha escrito con motivo de la Asunción de María. El documento muestra que la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer sigue siendo una institución muy apreciada debido a los beneficios que aporta a nivel "humano, social y espiritual", de modo que "el deseo de formar una familia permanece profundamente enraizado en la naturaleza humana". Y esto ocurre a pesar de las numerosas situaciones difíciles causadas por la separación, el divorcio, segundas nupcias, relaciones adúlteras, "contrarias a los preceptos del Evangelio".
Monseñor Grech habla de "tsunami cultural", haciendo referencia a los "rápidos y enormes cambios que cuestionan seriamente las convicciones consolidadas" sobre la familia y el matrimonio, ya que sus valores se han "reducido y debilitado" por las leyes del divorcio (introducida en Malta en 2011, por referéndum), las uniones civiles, la teoría del género, la procreación asistida. Además, añadió el prelado: a menudo "la crisis del matrimonio conduce a una crisis de fe", porque en los momentos difíciles "es fácil sucumbir a la tentación de dar la espalda a Dios".
Sobre el Sínodo General Ordinario que se celebrará en octubre, el obispo asegura que "la Iglesia no tiene la menor intención de cambiar la doctrina sobre el matrimonio y la familia", "el matrimonio es un sacramento", escribe, y "el fundamento de la familia se encuentra en el matrimonio entre un hombre y una mujer, unidos por un amor indisoluble, fiel y abierto a la vida".
En cuanto a los divorciados que se han vuelto a casar, monseñor Grech reitera las palabras del Papa Francisco, que se opone a una Iglesia "de puertas cerradas": ya que - es la exhortación del prelado - "la barca de Pedro es el refugio de los pecadores y mientras haya vida, hay esperanza de conversión". "En la Iglesia - afirma el obispo - hay lugar para todos los que creen en Dios", porque "nadie está excluido, ni tampoco está irremediablemente perdido o apartado". Tenemos la esperanza de que en el próximo Sínodo, la Iglesia, "permaneciendo fiel al Evangelio de la familia y apoyando a las familias que son estables, trate, al mismo tiempo, de ser fiel al Evangelio de la misericordia y logre hacer que los que han fracasado en su primer matrimonio puedan esperar en la misericordia de Dios y puedan así experimentar la alegría de Su amor".
El obispo de Malta hizo alusión al pasaje evangélico de las bodas de Caná, pues este episodio transmite "un mensaje de esperanza para todas aquellas parejas que han agotado el vino": "Jesús elige dar el mejor vino a aquellos que, por una u otra razón, piensan que sus tinajas ya están rotas", de hecho: es precisamente en estas tinajas en las que Él derrama "su amor y su misericordia".
