El asesoramiento científico de esta nueva herramienta de comunicación ha sido confiado a la Profesora Lodovica Cima, pedagoga y escritora para niños. Hace unas semanas, le hicimos algunas preguntas.

 

 

Los niños son un componente clave de la familia y nos gusta pensar en los niños como personas en crecimiento, en camino hacia la edad adulta, personas que tienen la misma dignidad que los adultos, por supuesto. Por lo tanto, no se trata de entidades que hay que llenar o que hay que acompañar porque son absolutamente incapaces de estar solas, sino que se trata de personas con las que compartimos las cosas bellas, cosas para contar.

 

 

El objetivo principal es que sea sencilla, eso no quiere decir que todo se ha de simplificar, sino que ha de ser muy sencillo: un objetivo difícil de alcanzar, pero que en todo caso trataremos de conseguir. Por ello, podemos decir que la página será sin duda colorida, llena de aportes, incluidos los de los mismos niños, y que seguirá dos ejes importantes. El primer eje es el mundo del Papa: la vida del Papa, el Papa en relación con los niños - con las familias pero también con los niños. Por lo tanto el protagonista será el actual Papa junto con todos los otros pontífices que se han dedicado especialmente a los niños; el descubrimiento del lugar donde vive el Papa, con todos sus símbolos y todos sus acontecimientos de alcance universal, no carece de importancia. El segundo eje es la familia en su calidad de casa, de pequeña iglesia, donde vive el niño, casa que no es solamente de él, sino también de los demás niños de todo el mundo, porque el Pontificio Consejo para la Familia es un colector internacional de estas familias que están alejadas - que no están cerca de casa – pero que sin embargo, tienen algo en común.

 

 

Dirigirse directamente a los niños es ante todo un acto de gran respeto hacía ellos. Y además constituye un desafío para la Iglesia, porque los niños serán los adultos del mañana, y abrirse al mundo de la infancia, y tratar de comunicarse con su lógica, sus códigos, su simplicidad – excluyendo las banalidades - es un propósito importante que nace del deseo de llevarlos de la mano y darles la bienvenida, compartiendo con ellos los contenidos que deseamos decirles y transmitirles. De esta manera ellos mismos llegarán a disponer de un amplio espacio para elaborar sus ideas.

 

 

Hay que decir que, desde el punto de vista del lenguaje, están muy por delante de los adultos. En el sentido que ellos experimentan más, son un poco más flexibles, menos formales. Es de ellos que proceden casi todos los neologismos y por lo tanto tienen una modalidad de comunicación, por así decirlo, "más moderna". Además son más flexibles para pasar de un medio de comunicación a otro, y esto nos estimula muchísimo a seguirlos, a conocer sus hábitos. Su forma de abordar los contenidos siempre se basa en dos niveles. El primero es el emocional: es decir, se sienten atraídos por una emoción, que puede ser positiva o negativa. El segundo nivel es el nivel cognitivo: nos toca a nosotros, los adultos, que elaboramos contenidos para ellos, el ser capaces de atraerlos en el primer nivel y luego acompañarlos en el segundo, el cognitivo, en el que considerarán los conocimientos, las habilidades adquiridas como un tesoro.