En África, se llega a formar parte de una familia de muchas maneras: "Por nacimiento biológico por supuesto, pero también por medio de: la alianza, el pacto de sangre, el matrimonio y así sucesivamente. En cada uno de estos casos se llega a ser realmente miembro de una determinada familia". Sin embargo, explica la teóloga congoleña Sor Rita Mboshu Kongo en un artículo publicado el 2 de noviembre en el suplemento del Osservatore Romano "Mujeres, iglesia, mundo”, para entender los matices del concepto de familia africana "en primer lugar hemos de analizar la concepción de la persona humana que se tiene en África", donde "el hombre se puede definir como un conjunto de relaciones, de las que vive y en las que se realiza".
La familia africana, señaló la hermana Rita Mboshu Kongo, “produce en los jóvenes un fuerte sentimiento del "nosotros", hasta tal punto que uno se puede unir a ella renunciando incluso a su capacidad de juzgar personalmente y de emprender algo nuevo en su vida. Es en ella donde cree encontrar el orden, la seguridad y la felicidad de una pertenencia absoluta". En el contexto de los países de África, "la familia sigue ejerciendo su autoridad sobre los jóvenes, incluso cuando se hacen adultos", "el matrimonio es, para cada individuo, un deber social, un factor de supervivencia individual y colectiva, un signo de equilibrio social y moral".
Así que la Iglesia ha de "promover con determinación una evangelización que ofrezca una solución a la fuerte difusión de una cultura de la muerte que incita al aborto voluntario y a la esterilización y que va en contra de las tradiciones religiosas. Si sigue este camino - concluye la teóloga - África puede llegar a perder por completo su cultura y habrá de enfrentarse a una grave desestructuración de la familia".