Los días transcurridos ​​en Taiwan, con ocasión del 20º Congreso ASPAG, fueron una gran oportunidad para conocer y encontrar a una iglesia y a una realidad local extremadamente interesantes. Dichas realidades están marcadas por las mismas preguntas y cuestiones que caracterizan al mundo occidental así como por una cultura profunda radicalmente diversa.
El encuentro con más de 120 estudiantes de la Facultad de Teología de Taipei puso en evidencia el extremo interés por el tema de la familia y una gran necesidad de debate y formación en este tema. En esta ocasión Mons. Paglia, reflexionando sobre la condición de minoría absoluta de los cristianos en China, reafirmó el valor constitutivo de la familia no sólo para la Iglesia sino para la sociedad humana, afirmando que "la sociedad utiliza a menudo a la familia sin entenderla. La Iglesia en realidad juega un papel insustituible porque la familia no es una cuestión católica, sino humana". Seguidamente reiteró que: "la tarea de las familias cristianas en Taipei es la de ser como las enormes autopistas que cruzan esta ciudad: construir comunión y familiaridad en una realidad tan desmesurada que corre el peligro de deshumanizarse".
En la reunión con la prensa local, el Presidente habló del estilo familiar del diálogo interreligioso: "En el horizonte del único Dios las diferentes religiones pueden ayudarse recíprocamente en la construcción de la única familia humana. El diálogo - continuó - debe darse entre los líderes pero sobretodo entre las familias: un encuentro vivido en el respeto mutuo y partiendo de la propia fe, necesaria para dialogar de verdad".
Este diálogo, fruto de una vida cotidiana compartida y familiar, entre personas de diferentes religiones, se hizo palpable en varias visitas realizadas durante la estadía en Hsinchu: en el jardín de infancia, en una gran entidad de acogida para los discapacitados, en la comunidad de religiosas del Sacro Costato que están en Taiwán desde los años 60.
Finalmente, el estilo familiar es lo que precisamente caracterizó el  encuentro con la parroquia carmelita de Hsinchu y con la comunidad filipina de Taipei, donde Mons. Paglia presidió la Santa Misa del primer domingo de Adviento.

Fotogalería
Video