"Una iniciativa de los laicos, con sus responsabilidades, como el Concilio Vaticano II recuerda". Estas son las palabras del presidente de la Cei, Angelo Bagnasco, al final de la Misa celebrada en Génova en la Catedral de San Lorenzo, con las comunidades de migrantes, palabras que hacían alusión al Día de la Familia, que tendrá lugar en Roma el 30 de enero.
El proyecto de ley Cirinnà sobre las uniones civiles y la stepchild adoption es "una distracción grave e irresponsable" con respeto "a los verdaderos problemas de Italia": el evento, explicó el cardenal, es "compartible" a la luz de su propósito, "claramente bueno porque la familia es el fundamento de toda la sociedad" y "no puede ser comparada con ninguna otra institución o situación".
"La defensa de la familia, la promoción de la familia y la petición de verdaderas ayudas - que hasta ahora parece que no existen - debería ser - continuó – la única voz de todo el País, de todas las familias italianas, incluso de manera diversa, pero el objetivo es absolutamente necesario puesto que las políticas familiares son mínimas". Hablando del proyecto de ley Cirinnà, continuó el presidente de la Conferencia Episcopal, "hay varias cosas a tener en cuenta, pero lo más importante es que me parece que constituye una gran distracción para el Parlamento con respecto a los verdaderos problemas de Italia: la creación de puestos de trabajo, proporcionar seguridad social, restaurar el bienestar".
