El encuentro contó con la participación de unos 1.000 delegados provenientes de ocho de las nueve provincias eclesiásticas de la Iglesia del País. En uno de los momentos de oración del encuentro, el arzobispo dijo que esperaba que la reunión fuese capaz de "afianzar la presencia de Dios en los hogares católicos del país y así poder hablar de Jesucristo a un mundo que lo necesita urgentemente. El encuentro que estamos celebrando, totalmente centrado en Jesús, único camino para alcanzar la felicidad duradera, es - dijo - providencial, especialmente en estos tiempos difíciles, en los que las familias tienen que enfrentarse a desafíos enormes".