La visita que realizó Mons. Paglia a Nigeria del 5 al 9 de mayo estuvo llena de emocionantes experiencias. El viaje comenzó con una sesión de trabajo con toda la Conferencia Episcopal Nigeriana sobre la nueva Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Durante el encuentro, después de una presentación en clave africana del texto (cf. anexo) a cargo del Presidente del Pontificio Consejo, los obispos tuvieron la oportunidad de participar en un amplio debate sobre el sentido y la modalidad local para recibir  la exhortación y sobre el discernimiento del que se habla en el párrafo 3 del documento papal. Después, los siguientes días, Mons. Paglia visitó la diócesis de Owerri (es la región con mayor presencia católica del país), Lagos (una ciudad de más de 20 millones de habitantes) y Abuja (la capital). En cada ciudad la celebración de la Misa y el encuentro con las familias del lugar encarnaron y concretizaron las cuestiones objeto de debate desde hace mucho tiempo: no existe la familia sino las familias, padres y madres, niños y ancianos, sus historias, sus gozos, sus fatigas. Mons. Paglia presentó la Exhortación Apostólica a diversas y numerosas asociaciones locales de laicos y en repetidas ocasiones hizo hincapié en el papel específico de las familias en la Iglesia y en la sociedad: están llamadas a mostrar el verdadero rostro del amor que, lejos de reducirse a un mero sentimiento romántico, se hace apasionadamente cargo del futuro a través de las generaciones y de toda la creación; con especial atención a las personas más vulnerables: la mujer (cuya situación en África está sufriendo un gran cambio), los ancianos y los más pobres.
La conclusión de su viaje fue justamente una encarnación de esta intención: Mons. Paglia, acompañado por el arzobispo local, el cardenal Onayekan y por los líderes de la comunidad islámica entregó, en nombre del Papa Francisco, ayuda humanitaria a un gran grupo de familias de refugiados que escaparon de las zonas donde el terrorismo ha sembrado la tragedia.