En Siria el agua provoca un estado de emergencia, hay un gran riesgo de brotes de enfermedades y los más pequeños están en peligro
Cada vez es más grave la situación de los niños de Alepo. Debido al aumento de los combates en Siria, entre los grupos armados de la oposición y del gobierno - informa UNICEF a través de un comunicado de prensa - ya no existe la carretera Castello, la única vía de comunicación que permitía el acceso a la entrega de ayuda humanitaria en la parte oriental de la ciudad de Alepo, lugar en el que viven alrededor de 300 mil personas.
El acrecentamiento de la violencia se cobra cada vez más muertos y heridos entre los residentes, incluidos los niños, y tiene como resultado la destrucción de las infraestructuras civiles, sistemas de abastecimiento de agua, hospitales y escuelas de toda la ciudad.
El 12 de julio, dos pozos de agua, equipados y mantenidos por varias organizaciones internacionales no gubernamentales, fueron atacados y dañados, impidiendo así a unas 15 mil personas el acceso al agua.
El 8 de julio, el llamado Estado Islámico cerró deliberadamente la principal planta de tratamiento de aguas, única fuente de agua potable para más de dos millones de personas que viven en la ciudad de Alepo y en las zonas orientales de la Gobernación. Seguidamente, Alepo permaneció sin agua durante cuatro días. Ante tal estado de emergencia UNICEF coordinó con las autoridades las operaciones de mantenimiento y la planta reanudó su actividad; sin embargo, dada la escalada del conflicto en Alepo, posteriores cortes de los recursos hídricos representarían un riesgo inminente que conllevarían graves consecuencias: la escasez de agua podría afectar seriamente a los centros de salud y a las escuelas y los niños son los más vulnerables en caso de brotes de enfermedades transmitidas por el agua.
"Las partes implicadas en el conflicto tienen obligaciones de derecho internacional relativas a la protección de los civiles y a la aplicación de medidas para limitar las víctimas civiles así como la protección de las infraestructuras civiles. El funcionamiento seguro y continuo de los sistemas de infraestructuras hídricas es esencial - concluye el comunicado de UNICEF - para preservar la vida de los civiles, y las dos partes del conflicto deben cumplir con sus obligaciones en este sentido".