Fueron cientos de miles de ciudadanos los que el sábado salieron a las calles, en varias ciudades de México, para manifestarse a favor de la familia y en contra de la legalización de las uniones homosexuales.
Las manifestaciones en varias ciudades de 31 estados anticipan la Gran Marcha Nacional que se celebrará el 24 de septiembre en la Ciudad de México: de acuerdo con reportes preliminares, en 75 ciudades se han contabilizado la participación de 1 millón 20 mil personas.
"Lo importante es que los laicos se manifiesten públicamente y digan a los legisladores lo que piensan sobre el matrimonio y la educación", dijo el obispo Felipe Arizmendi de la diócesis de San Cristóbal de las Casas: "Esto es democracia real. Mal harían los legisladores y las autoridades en no escuchar el clamor de un pueblo que los eligió para que lo representaran".
En las manifestaciones, organizadas por personas de diferentes confesiones, participaron varios obispos. En todas las marchas se leyó un comunicado oficial: "La familia es la célula básica de la sociedad y por lo tanto hay que protegerla. El matrimonio entre un hombre y una mujer tiene una naturaleza específica con fines muy claros, como lo son la transmisión de la vida, la educación de los hijos, la unidad de los esposos".
Los padres de familia, añade la "declaración" de las marchas, "tienen derecho a educar a los hijos en las convicciones y principios que consideren mejores para su desarrollo personal, y no que el Estado los sustituya en dicha tarea" y “rechazan las iniciativas del Ejecutivo Federal, que la atacan e intentan imponer la ideología de género”.
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