Continúa así tomando forma el sueño de Juan Pablo II, manifestado durante el Encuentro Mundial de las Familias, en 1997 en Río de Janeiro http://www.nazarethinternationalfamily.org/wordpress/rio/), de ver realizado un hogar en Tierra Santa para todas las familias del mundo. Sueño convertido en proyecto gracias al card. Alfonso López Trujillo, difunto presidente del Pontificio Consejo para la Familia y al trabajo proseguido por su sucesor, el card. Ennio Antonelli, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Familia. El 14 de mayo de 2009 (http://www.nazarethinternationalfamily.org/wordpress/2009-2/) fue una fecha histórica en este camino, cuando, con motivo del viaje pastoral en Tierra Santa, el Santo Padre Benedicto XVI daba la noticia de la erección de un Centro Internacional para la Familia. El sueño (http://www.nazarethinternationalfamily.org/wordpress/il-sogno/) se convierte en obra concreta.

Una obra extraordinaria, confiada a la Renovación Carismática, que entra progresivamente en su fase constructiva. Durante el último Encuentro Mundial de las Familias en Milán (junio 2012), en la rueda de prensa conclusiva, fue anunciada la inminente creación de la Fundación de derecho pontificio, encargada de la gestión y de la organización de todo lo necesario para la construcción del Centro, obra señera del Family 2012. (http://www.nazarethinternationalfamily.org/wordpress/rass_sta_2002_1/).

 

El 15 de octubre de 2012, el Pontífice Benedicto XVI dispuso la constitución de la Fundación Vaticana “Centro Internacional Familia de Nazaret”. Confiada a la gestión de la RnS (www.rns-italia.it) y del Pontificio Consejo para la Familia (www.familia.va), “con el fin de dar cumplimiento al Magisterio de la Iglesia católica relativo a la familia” (del Estatuto de la Fundación Vaticana “Centro Internacional Familia de Nazaret”). Decisión que ha suscitado una gran alegría, la de la Santa Sede, que en persona del card. Tarcisio Bertone, secretario de Su Santidad, ha transmitido la noticia al presidente nacional de la Renovación, Salvatore Martínez, de la erección querida por el Santo Padre. El deseo del Beato Juan Pablo II, una empresa histórica que necesita ingentes oraciones y apoyos, da otro paso hacia su conclusión.

 

La neonata Fundación, presidida por Salvatore Martínez, presidente nacional de la Renovación Carismática, ha celebrado su primer consejo de administración el viernes 18 de enero de 2013, al cual pertenece también mons. Vincenzo Paglia, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, y mons. Simón Vázquez, subsecretario de dicho Dicasterio. Tiene su sede en el Estado de la Ciudad del Vaticano y está dotada de personalidad jurídica canónica pública y civil vaticana (foto primera reunión de la Fundación). La sede operativa está en los locales del Pontificio Consejo para la Familia, elección que busca reforzar simbólica y estructuralmente la colaboración entre estas dos realidades, llamadas a dar vida, juntas, a este gran proyecto. La Fundación tendrá la misión de “difundir el Magisterio de la Familia, promoviendo la formación espiritual y la evangelización de las familias, además de sostener la pastoral familiar en todo el mundo”, también a través de la construcción de nuevos centros o la gestión de los centros ya existentes, “con prioridad en Tierra Santa” (del Estatuto de la Fundación Vaticana “Centro Internacional Familia de Nazaret”). Por lo tanto, es hacia Nazaret que se despliegan todas las fuerzas de la Fundación, a fin de que pueda ser edificado el Centro Internacional para las Familias, sobre la cima de la colina que domina la ciudad y la Basílica de la Anunciación. La estructura (http://www.nazarethinternationalfamily.org/wordpress/il-progetto/) representará un centro de espiritualidad familiar, de acogida a las familias peregrinas en Tierra Santa, de formación en la vida paternal y familiar, de pastoral para los operadores, de preparación a la Nueva Evangelización. Una Evangelización que pone a todos al servicio de la familia, sujeto primario e imprescindible en la construcción de una sociedad justa y humana, porque “sin familia nuestro mundo no puede vivir, ni progresar. ¡He aquí por qué hace falta la familia! (Relación de Salvatore Martínez, Milán, 4 de junio de 2012).