El libro en sí es un don del Santo Padre. Un don para la Iglesia y para todas las personas de buena voluntad para la Navidad de 2012. Al mismo tiempo, es un don de la Iglesia al mundo de hoy. Dado un don así, nuestra primera impresión es la del agradecimiento. N hemos logrado aún leer todo el libro, sólo algunos párrafos: pero lo que hemos leído ha golpeado muchas fibras. La aproximación de este libro a las “narraciones de la infancia de Jesús de Nazaret” es característica tanto de la enseñanza universal de la Iglesia como del estilo personal del Papa Benedicto XVI, que se pone de manifiesto en “Caritas in Veritate”: es “sin concesiones al sentimentalismo”,
por eso está lleno de calor y de intensa participación, capaz de introducirnos en la
verdad de la Navidad –en contraste con la “Navidad” del mundo, comprometido con otras prisas incompatibles.
Otra de las fibras tocadas nos ha llevado a la pregunta: “”De dónde viene Jesús?”. Esto nos lleva al problema de los orígenes, no sólo en el caso del Señor, sino también de toda la humanidad y de nosotros mismos. Sin una respuesta válida a esta pregunta, la vida humana en general, y la vida cristiana en particular, está necesariamente falta de sentido.
Aún ha resonado otra fibra después de la lectura de estos párrafos que nos ha recordado la unidad esencial en la vida de nuestro redentor. Estamos habituados a ver la vida del Señor, como en general la mayor parte de los acontecimientos, en una secuencia espacio-temporal. Esto vale también para la Navidad, cuando tendemos a recordar sólo la escena del nacimiento. El Santo Padre pone de manifiesto la unidad integral de la vida de nuestro Señor, la total coherencia y presencia de Su misión terrena en todos sus momentos, desde su nacimiento hasta su muerte, y aún más allá. ”Qué podemos decir si no es gracias, por la consolación y el fortalecimiento que sólo el amor en la verdad pueden transmitir?
Attila y Julia Gergely, miembros del Pontificio Consejo para la Familia