Entre los miembros del Pontificio Consejo para la Familia están también los esposos Leon Botolo Magoza y Marie Valentine, de la República Democrática del Congo, fundadores de la Comunidad de la familia Cristiana, que asocia a más de diez mil familias, en África y, entre otros países europeos, en Italia y en Bélgica (Bruselas).
«No tenemos problemas teóricos o doctrinales, sino prácticos, de testimonio evangélico en la cercanía concreta y en la ayuda a tantos como tienen necesidad. Hay tanta promiscuidad, en nuestro país, y las familias están desorientadas. Sobre todo, hay mucha pobreza, incluso humana», afirma Leon Botolo Magoza. La emergencia más grave, en África, son los niños de la calle. «Es un problema enorme, desde el punto de vista moral, social y pastoral, el de los niños de la calle, con frecuencia menores rechazados por las familias, porque no están en condiciones económicas suficientes para mantenerlos. Y ya estamos en la segunda generación, niños de la calle que son hijos de niños de la calle». Son personas sin identidad, sin una personalidad formada, sin un sistema ético ni figuras de referencia, sin guía, víctimas de explotación y abusos. Entre ellos se reclutan pequeños soldados que se sacrifican en las guerras locales. «Esta es la prioridad misionera y pastoral: personas que deben construir desde cero una identidad, que necesitan instrucción básica y valores en los que creer, en el amor. La Iglesia debe ser su familia, la madre, el padre, la hermana».