No a la acedía egoísta y al pesimismo estéril -declara el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica "
Evangelii Gaudium"-. «
No nos dejemos robar la alegría de la evangelización» (n 83), nos pide el Santo Padre. «
La alegría del Evangelio es esa que nada ni nadie nos podrá quitar (cfr Jn 16, 22)» (n 84). «
El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal. El mal espíritu de la derrota es hermano de la tentación de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña, producto de una desconfianza ansiosa y egocéntrica» (n 85).
El Papa Francisco dice "No" también a la mundanidad espiritual: «La mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal» (n 93), que se alimenta en la «fe encerrada en el subjetivismo» (n 93), en la vanagloria (n 94), en la envidia y en los celos (n 98).
En esta Exhortación Apostólica, el Papa pide insistir más en la misión laical, reconociendo a los laicos «responsabilidades importantes» para «las aplicaciones del Evangelio en la transformación de la sociedad», a través de «la formación de laicos y la evangelización de los grupos profesionales e intelectuales constituyen un desafío pastoral importante» (n. 102).