“La imagen de Dios es la pareja matrimonial. La imagen de Dios con nosotros está allí, está representada en esta alianza entre el hombre y la mujer. Lo ha dicho el Papa -que con la audiencia de hoy ha concluido el ciclo de catequesis dedicado a los sacramentos-, al hablar sobre el sacramento del matrimonio que “nos conduce al corazón del designio de Dios, que es un designio de alianza, de comunión”. “La imagen de Dios es la pareja de esposos” ha afirmado el Papa al abrir la catequesis que fue improvisada casi en su totalidad: “No solamente el varón, el hombre, no sólo la mujer, sino los dos”. Al inicio del libro del Génesis, el primer libro de la Biblia, como coronación del relato de la creación –recordó el Papa-, se dice: “Dios creó el hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer… Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos llegarán a ser una sola carne”. “Somos creados para amar, como reflejo de Dios y de su amor” comentó el Papa: “Y en la unión conyugal el hombre y la mujer realizan esta vocación en el signo de la reciprocidad y de la comunión de vida plena y definitiva”.
“El matrimonio es icono del amor de Dios”. Lo ha afirmado el Papa, que en la catequesis de la audiencia general de hoy ha explicado que “cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del matrimonio, Dios, por así decir, se ‘refleja’ en ellos, imprime en ellos los propios lineamientos y el carácter indeleble de su amor”. “La Biblia es fuerte, dice “una sola carne”, ha recordado el Papa: “Así de intima es la unión del hombre y de la mujer en el matrimonio, y es justamente este el misterio del matrimonio: el amor de Dios que se refleja en el matrimonio, en la pareja que decide vivir juntos. Por esto el hombre deja su casa, la casa de sus padres, y va a vivir con su mujer y se une tan fuertemente a ella que se transforman en una sola carne”. Más adelante, el Santo Padre ha citado la Carta a los Efesios para explicar que “el matrimonio responde a una vocación específica y debe ser considerado como una consagración”. “El matrimonio es una consagración, el hombre y la mujer están consagrados por este amor” ha subrayado el Papa, quien ha agregado que “los esposos por la fuerza del Sacramento, están investidos por una verdadera y propia misión, de modo que puedan hacer visible, a partir de las cosas simples, comunes, el amor con el que Cristo ama a su Iglesia”.