Para los católicos austríacos el amor, la fidelidad, el matrimonio y la familia son grandes valores a seguir. Esto es lo que se desprende de las más de 34 mil respuestas al cuestionario adjunto al documento preparatorio de la Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los Obispos. Según las respuestas al cuestionario, la religión ocupa un lugar muy importante en las relaciones y en las familias, tal como lo revela, por ejemplo, el notable acuerdo sobre la educación cristiana que se debe impartir a los hijos. Pero en muchos puntos, las enseñanzas de la Iglesia y la posición de los católicos austríacos muestran claras divergencias, sobre todo en lo que se refiere a cuestiones como los métodos anticonceptivos, el tratamiento de los divorciados casados en segundas nupcias, las relaciones prematrimoniales y la homosexualidad. La gran mayoría de los católicos se declara a favor del acceso de los divorciados casados en segundas nupcias a los sacramentos de la eucaristía y la reconciliación. Igualmente preponderante es la mayoría de los que rechazan la prohibición de métodos artificiales de control de la natalidad por parte de la Iglesia: a su parecer, la planificación familiar es una cuestión que compete a la responsabilidad de los padres. También representa un punto crítico el hecho de que la Iglesia no tome lo suficientemente en cuenta la realidad del fracaso en el matrimonio.