“Alteridad y teología del cuerpo”. Este fue el titulo de la redacción que el secretario del Consejo Pontifical para la Familia, Monseñor Jean Laffitte, presentó en el Congreso internacional de la teología del cuerpo, que se desarrolló en Filadelfia del 9 al 11 de julio.
Teniendo presente el tema del Encuentro, “Amor, misericordia y nueva evangelización”, el secretario del PCF quiso concentrar particularmente la atención de los asistentes en la experiencia del amor conyugal, una vida privilegiada para conocer y conocerse:
“Después del pecado original, el hombre y la mujer perdieron la gracia y la inocencia primera. El descubrimiento del significado esponsal del cuerpo cesa de ser para ellos una sencilla realidad de la revelación y de la gracia. De cualquier modo, tal significado permanecerá como un objetivo buscado: un compromiso requerido al hombre desde el ethos del don, inscrito en lo profundo del corazón humano, como un lejano eco de la inocencia original.
El autentico amor hacia otra persona es una fuente de conocimiento: por un lado, el otro se revela en todo su ser personal, y no en un acto de conocimiento parcial y reducible. Este responde con amor al don recibido y así descubre su potencial; por otra parte aquel que ama se revela al mismo tiempo a sí mismo, en la medida en la que está capacitado para descubrir un conocimiento plenamente real del amado.
Este tipo de amor halla su cumplimiento en el amor conyugal, porque una tal donación mutua de un hombre a una mujer y de una mujer a un hombre requiere un compromiso que dure toda la vida, el cual es propiamente garantizado en la forma de amor de tipo conyugal”.