“Estos dos santos –ha continuado el Arzobispo- siempre han demostrado un profundo y constante compromiso para reforzar a la familia, sosteniéndola con amor. Por lo tanto, este evento histórico dará la oportunidad a miles de personas, provenientes de todo el mundo, de compartir el mismo compromiso”. Para sellar con broche de oro esta misa y este hermoso anuncio ha sido presentada la sangre –en estado liquido- del santo pontífice polaco, una reliquia que desde ese mismo día ha sido expuesta para la veneración pública de los fieles.

San Juan Pablo II, desde luego, está intrínsecamente ligado a Filadelfia y al encuentro mundial previsto para el próximo año. De hecho, en 1979, el santo polaco fue el primer Papa que visitó la ciudad, oficiando una misa en el Logan Circle, ante casi un millón de personas. Quince años después, en 1994, fue también él quien lanzó el primer encuentro mundial de las familias con el objetivo de impulsar los sacros vínculos de la familia promoviéndolos por todas partes. Y para consolidar definitivamente esta constante actividad en favor de la célula fundamental de la sociedad, el Papa Francisco durante la canonización, lo declaró “el Papa de la Familia”.

Santa Gianna Beretta Molla, en cambio, ha sido elegida sobre todo para guiar a todos los participantes en la comprensión del tema del encuentro: “El amor es nuestra misión: la familia plenamente viva”. Pediatra y madre de cuatro niños, santa Gianna es particularmente conocida por su amor desprendido de madre que la llevó a dar la vida, sacrificándose, para dar a luz a su último hijo, en 1962. Fue beatificada en 1984 –año de la primera edición del encuentro mundial de las familias- y canonizada, en 2004, por san Juan Pablo II. Santa Gianna es la patrona de las madres, de los médicos y de los niños no nacidos.