Ernesto Emanuele, fundador y presidente de la asociación “Famiglie Separate Cristiane” y “Separati fedeli”, ambas miembros del “Forum delle associazioni familiari”; vive y trabaja en Milán, es empresario. Casado durante 15 años, separado desde hace 26 años, tiene tres hijos; desde hace 25 años se ocupa de familias separadas.

Empezó a esbozarse en el 1990, a raíz de motivaciones más bien de carácter laico, que se concretizaron con la formación de la asociación “Familias separadas cristianas”, luego poco a poco se fue afianzando cada vez más en el ámbito católico. “Separati fedeli” concretamente surge de la toma de conciencia, cada vez más aguda, de que los separados dentro de la comunidad católica son sujetos y no objetos de la pastoral dedicada a ellos. Las personas separadas deben ser ayudadas y guiadas por personas que hayan vivido la misma experiencia y sufrido las mismas dificultades: no es posible el seguir apoyándolas eficazmente si se les encarga esta labor a parejas en regla. Pues sinceramente, lo que hemos observado como asociación hasta el día de hoy es que cada diócesis acoge a los separados a su manera, sin coordinarse con las otras diócesis, confiando el acompañamiento de los separados a parejas de casados.
 

Entre los buenos resultados obtenidos querría sobre todo recordar uno muy reciente, fruto de la lucha por la ley 54 –la que se refiere a la custodia compartida – que llevamos a cabo en los pasados meses. Es significativamente importante, aunque aparentemente no lo parezca, el haber respondido al cuestionario para la preparación al Sínodo extraordinario de la familia. Para nosotros fue una maravillosa ocasión para presentar a la Iglesia, y también a la sociedad, las instancias de los separados fieles. Como asociación representamos idealmente a más de 4 millones de italianos que desde 1975 hasta hoy se han separado; y entre ellos casi 500mil son de la diócesis de Milán.

Un fenómeno que ha alcanzado cifras desorbitantes y que nos ha llevado, hace algunos meses, a nosotros y al Instituto de antropología, a solicitar a los investigadores de la Universidad Católica un estudio que analice el fenómeno de la separación, sacando a la luz todos sus aspectos. Los resultados se presentarán en enero, durante un convenio.

Una buena parte de nuestro trabajo consiste, además de acoger a los separados, en dialogar con las instituciones e instancias como la Cei, el Pontificio Consejo para la Familia, y las diócesis, de tal modo que se logre activar una sensibilidad nueva en lo que respecta al mundo de los separados, una sensibilidad- hemos de decirlo- hasta ahora desconocida para la mayoría.
 

“Famiglie separate cristiane” fue fundada en el 1998 y desde entonces reúne en ella todas las situaciones posibles, sin ninguna excepción, situaciones de: separaciones familiares, incluidas las de parejas que han convivido y que no se casaron nunca o que se casaron solamente por lo civil. Hasta hoy, esta asociación ha ayudado a miles de personas. “Separati fedeli” creada en el 2001, responde a la exigencia de permitir a los separados creyentes el poder integrarse en la comunidad católica y el tener un lugar dónde encontrarse, un espacio caracterizado por momentos de formación específica sobre el sacramento matrimonial que permiten el desarrollar una espiritualidad particular que se pueda vivir a nivel parroquial o diocesano. Más de 350 personas en el transcurso de estos años han recibido apoyo y ayuda de los “Separati fedeli”.
 

Tenemos una trentena de grupos repartidos por toda Italia que se reúnen mensualmente, por ejemplo en Milán, Genova, Roma y Latina. A nivel local los encuentros pueden durar un día entero o pocas horas. En el primer caso está siempre presente un sacerdote que da una catequesis, en el segundo caso el tiempo se reparte en tres etapas, que son las siguientes: un momento en el que se comparten experiencias, la lectura de la Palabra de Dios con los ecos, y la oración de las personas que están solas.

Cabe destacar los encuentros nacionales, dos al año: en Verona, Orta san Giulio, Perugia, Bolonia, Biella y recientemente en Roma, todos ellos muy bellos. En estas ocasiones normalmente la catequesis corre a cargo del obispo o del cardenal (hace algún tiempo, por ejemplo, guiaron las meditaciones el cardenal Antonelli y el cardenal Caffarra). Se ha de añadir que celebramos misas en varias localidades italianas: en Roma nos encontramos todos los tercer sábados del mes en la iglesia de Santa María de los Milagros, en la plaza del Popolo, y en Milán el encuentro lo tenemos en San Bartolomeo (desde diciembre será en San Gioacchino).

Cualquier creyente separado que quisiera entrar en contacto con la asociación “Separati fedeli” y “famiglie separate cristiane” puede llamar al número 02/6554736: la participación a cualquiera de nuestras actividades es totalmente libre.