"”Qué hacemos con ellos, qué puerta les podemos abrir? Hay una inquietud pastoral: ”entonces les vamos a dar o no la comunión? La solución no es darles la comunión. Esto simplemente no es la solución, la solución es la integración». Estas eran las palabras del Papa Francisco en una entrevista concedida al diario argentino “La Nación”; en dicha entrevista el Papa abordó los temas del Sínodo y de la familia.
"Los divorciados casados de nuevo no están excomulgados - continuó el Papa - Pero no pueden ser padrinos de bautismo, no pueden leer las lecturas de la Misa, no pueden distribuir la comunión, no pueden enseñar el catecismo, no pueden hacer siete cosas, tengo toda la lista. A partir de estos hechos ¡parece que ya los hayamos excomulgado! Entonces…abramos un poco más las puertas. ”Por qué no pueden ser padrinos?", se preguntó el Papa Francisco, imaginándose las posibles objeciones añadía: "No, mira, ”qué testimonio va a dar a su ahijado?” El testimonio de un hombre y de una mujer que digan: "Mira, querido, yo me he equivocado, resbalé en este punto, pero creo que el Señor me ama, quiero seguir a Dios, el pecado no es el vencedor, sigo adelante." Pero ”qué testimonio cristiano es este? Y si resulta que llega uno de estos políticos estafadores y corruptos que tenemos para ser padrino y está bien casado por la Iglesia, ”ésta lo acepta? ”Y qué testimonio va a dar al ahijado? ”El testimonio de la corrupción? ".
Su Santidad, durante la entrevista, también habló de la realidad tan particular que viven las familias con hijos homosexuales y recordó que durante el Sínodo no se ha discutido sobre el "matrimonio gay", sino "de la familia y de las personas homosexuales en relación con sus familias, porque es una realidad que nos encontramos en el confesionario».
El Papa Francisco, después de resaltar el hecho de que hoy el "casarse se ha convertido en un acto social", habló de las dificultades encontradas por los jóvenes para casarse y para prepararse adecuadamente para la boda: de hecho, "los jóvenes no se casan," y luego, "cuando deciden casarse, siendo que ya vivían juntos, creemos que con tres conferencias ya basta para prepararlos al matrimonio. Pero esto no es suficiente porque la gran mayoría no son conscientes de lo que significa comprometerse para toda la vida. Benedicto XVI lo repitió dos veces en los últimos años: para la nulidad del matrimonio se debe tener en cuenta la fe que tenia la persona en el momento del matrimonio....”.
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