Al igual que en todos los países modernos del mundo, el divorcio, el vivir juntos sin estar casados y la caída de la natalidad también caracterizan a Corea. La "terapia", propuesta por la Iglesia local es la de poner el Evangelio como eje central de cada familia. La Iglesia de Corea asume un trabajo de discernimiento y de reflexión para preparar el próximo Sínodo de 2015. Lo declaraba, en una entrevista concedida a Vatican Insider, Lazzaro You Heung-sik, Obispo de Daejeon.
"La familia es la cédula básica de la Iglesia y de la sociedad. Si se derrumba la familia, ”Qué quedaría de la Iglesia y de la sociedad? Por lo tanto, este es un tema central en el que la Iglesia ha de intervenir indicando un camino evangélico a seguir. Durante el Sínodo han surgido muchas preguntas, preguntas que siguen abiertas. Ahora los problemas están sobre la mesa: en Corea –continuó monseñor Lazzaro - todas las diócesis, parroquias y movimientos rezarán, reflexionarán y buscarán respuestas [...]sin perder de vista la misión esencial de la Iglesia: conducir el rebaño hacia Cristo, salvar almas".
Tenemos como prioridades, prosiguió el obispo coreano, el “dar la atención necesaria a las familias que viven en la comunidad eclesial, pero al mismo tiempo estamos abiertos y disponibles a todas aquellas familias que, por diversas razones, tienden a auto-excluirse de la vida de la Iglesia y de la gracia: son familias que están en problemas y necesitan un mensaje de esperanza. Por ejemplo, es importante acoger a los divorciados que viven un gran sufrimiento, haciendo todo lo posible para que no se sientan 'rechazados'; ayudarlos a que puedan vivir su cruz junto a Cristo: amándola y convirtiéndola en un instrumento de amor".