En primer lugar, la forma en que la sociedad externa influye en el desarrollo y en la libertad de las familias. Luego, la evolución de la esfera afectiva de las personas, suponiendo una fuerte interacción entre los modelos sociales y las opciones individuales de vida familiar. Por último, la forma en que la acción concreta de la Iglesia puede interceptar estos nuevos escenarios del interior y del entorno familiar, no sólo entre los fieles, sino también entre todas las personas. En estos temas se ha centrado Francesco Belletti, presidente del Foro de las asociaciones familiares, presentando hoy la primera parte de los Lineamenta del Sínodo en el Congreso Internacional de movimientos, grupos y asociaciones de familia y vida que tiene lugar en el Church Palace de Roma.
"Esta primera parte de la Relatio Synodi, dedicada a la escucha del contexto, se divide - explicó - en tres puntos fundamentales: el contexto socio-cultural(n. 5-8.), la relevancia de la vida afectiva (n 9-10), el desafío para la pastoral (n. 11, esta última, premisa, en cierto sentido, de toda la tercera parte del Informe)"."En la descripción de la familia post-sinodal - comentó - está muy poco presente el protagonismo de la familia, su esencia de ser ‘buena noticia’ para todos los hombres de buena voluntad, incluso más allá del horizonte de la fe, su capacidad de ser sujeto activo y generativo de la sociedad humana, y no sólo de la Iglesia ". Un segundo elemento que "quizás falta en la descripción de la realidad familiar en la Relatio, es otro valor positivo - continuó - y se trata de la dimensión asociativa entre familias, la capacidad de llegar a ser familia de familias".
En otras palabras, "hoy en día muchas familias parecen tener todavía una fuerte capacidad y exigencia de agregación, pero la están construyendo con formas no tradicionales, no formalizadas, por lo que llegan a constituir ’redes intrafamiliares ‘que prefieren quedarse más cerca de los códigos relacionales de la familia en lugar de construirse como ‘estructuras organizadas de la sociedad'. La calidad relacional, por lo tanto parece tener más importancia que la función social e incluso que la posibilidad de recibir apoyo, reconocimiento e interacción con el sistema público". Belletti también destacó que "la interacción y la colaboración entre las distintas asociaciones constituyen una generatividad social mucho más relevante que la pura ‘suma de los individuos’. En otras palabras, el hecho de formar una red con las asociaciones no significa solamente que se suman sino que se multiplica su potencialidad". Desde el punto de vista socio-económico, "las palabras más dramáticas que resuenan en la Relatio Synodi son 'impotencia' y 'abandono', que representan la percepción de muchas familias respecto a la economía, la política y las acciones de los Gobiernos y las instituciones públicas ".
En general, según Belletti, "la descripción de los desafíos de las familias planteados por la Relatio parece tener presentes las sombras de la fatiga y de la crítica, no iluminada por las luces de la esperanza - aunque éstas estén de algún modo presentes. No carece de significado, el hecho que la Relatio sitúe dentro de la parte de ‘escucha de la contemporaneidad" un punto (n. 11) dedicado a los desafíos de la pastoral (a los que está dedicado toda la Tercera Parte), sólo para representar una Iglesia en acción, que actúa y se mezcla con la realidad no basada en el plan pastoral escrito en el despacho, sino con la proximidad y el compartir con todo el mundo, tanto dentro de la comunidad cristiana como con los más lejanos. Esta realidad permanece anunciada desde las primeras páginas de este documento, que nos conducirá hasta el próximo Sínodo ".
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