El Santo Padre, en primer lugar, recordando "los puntos concretos de compromiso" de los équipes, pidió a los presentes que estas buenas prácticas se apliquen cada vez más a la vida cotidiana, convirtiéndose en un modelo para las familias más alejadas de la Iglesia: "Pienso- dijo – particularmente en la oración en pareja y en familia, hermosa y necesaria tradición que siempre ha sostenido la fe y la esperanza de los cristianos, y que por desgracia ha sido abandonada en muchas regiones del mundo; pienso también en el momento del diálogo mensual que se propone a los esposos ¬ el famoso momento en el que "hay que sentarse" y que va en dirección contraria de los hábitos del mundo frenético y agitado, tan impregnado de individualismo -, un momento de intercambio vivido en la verdad bajo la mirada del Señor , que es un tiempo precioso de acción de gracias, de perdón, de respeto recíproco y de atención al otro".

La misionariedad ha sido otro de los puntos que el Papa Francisco ha pedido potenciar a los équipes, sobre todo la misión con las parejas jóvenes y las familias heridas: "Esta misión que les ha sido confiada es aún más importante en lo que se refiere a la imagen de la familia - como Dios la quiere, compuesta por un hombre y una mujer por el bien de los esposos y por el bien de la generación y educación de los niños – que ha sido deformada por poderosos proyectos, provocados por las colonizaciones ideológicas, contrarios a ella. Os invito a que vosotros mismos os comprometáis, si es posible, de manera cada vez más concreta y con una creatividad siempre renovada, en las actividades que se pueden organizar para acoger, formar y acompañar en la fe especialmente a las parejas jóvenes, antes y después del matrimonio".

El Papa Francisco, por último, centrando su atención en el Sínodo cada vez más inminente, pidió a los invitados presentes y "a todas las parejas de los équipes, que recen con fe y fervor por los Padres sinodales y por mí."