No sólo homosexualidad y comunión para los divorciados que se han vuelto a casar. Hay mucho más en Amoris Laetitia pero "si nos centramos sólo en esto perdemos los aspectos más bellos de la exhortación apostólica". Con estas palabras el cardenal Gerald Cyprien Lacroix, arzobispo de Quebec, comentó la actitud de la mayor parte de los medios de comunicación en relación con Amoris Laetitia. El objetivo del documento sobre el amor familiar, prosiguió el purpurado, es "encontrar procesos de crecimiento espiritual, no un cambio doctrinal, y ayudar a las parejas y a las familias a encontrar la verdadera plenitud".
"La Iglesia tiene una larga historia y una maravillosa doctrina que enseñar a las jóvenes parejas y familias, y desea mostrar que el amor y el matrimonio son caminos para obtener la felicidad", dijo Lacroix. Seguidamente agregó que Amoris Laetitia no es un documento para cambiar la doctrina, sino más bien un proyecto para unir a las familias y acercarlas a la Iglesia, para que puedan tener una comprensión completa de sus enseñanzas ".
Para ello es necesario "acompañar a las personas y ayudarlas a discernir lo que es frágil en sus vidas, lo que es difícil, lo que no es coherente con lo que el Evangelio nos pide: no tenemos nada que imponer, tenemos algo maravilloso que proponer. La Amoris Laetitia es un documento de evangelización, que abre las puertas de la Iglesia a las familias, para que las cuestiones doctrinales, bioéticas y morales pueden ser enseñadas. El mensaje de Amoris Laetitia - concluyó – es que en nuestra Iglesia hay espacio para todas las familias".