El tema "no es sólo el de la "distancia" de muchos del ideal y de la práctica de la verdad cristiana del matrimonio y de la familia; es todavía más decisivo el tema de la "cercanía" de la Iglesia: cercanía a las nuevas generaciones de cónyuges, para que la bendición de su vínculo los convenza cada vez más y los acompañe; cercanía a las situaciones de debilidad humana, para que la gracia las rescate, las reavive y las sane". Estas fueron algunas de las palabras del discurso del Papa Francisco, ayer en la Sala Vaticana, a la comunidad académica del Pontificio Instituto "Juan Pablo II" para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia en la inauguración del nuevo año académico.
"En la coyuntura actual - dijo el Papa - los lazos matrimoniales y familiares se ponen a prueba de muchas formas" la aparición de una cultura "que exalta el individualismo narcisista, una concepción de la libertad desligada de la responsabilidad por el otro, la creciente indiferencia hacia el bien común, el aumento de las ideologías que atacan directamente el proyecto de la familia, así como el crecimiento de la pobreza que amenaza el futuro de muchas familias, son otras tantas razones de la crisis de la familia contemporánea. Luego están – añadió - los problemas no resueltos del desarrollo de nuevas tecnologías que hacen posible prácticas a veces en conflicto con la verdadera dignidad de la vida humana".
Después el Papa afirmó que "el reconocimiento de la dignidad del hombre y de la mujer lleva aparejado una valoración justa de su relación mutua. ”Cómo podemos - preguntó el Papa - conocer a fondo la humanidad concreta de la que estamos hechos sin aprenderla a través de esta diferencia? Es imposible negar la contribución de la cultura moderna al redescubrimiento de la dignidad de la diferencia sexual. Por eso, es desconcertante constatar que ahora esta cultura parezca casi bloqueada por la tendencia a destruir la diferencia en lugar de resolver los problemas que la mortifican".
La familia, "es el seno insustituible de la iniciación a la alianza criatural del hombre y de la mujer”, se basa en la “profunda correlación entre las figuras familiares y las formas sociales de esta alianza - en la religión y la ética, el trabajo, la política, la economía y en el cuidado de la vida y la relación entre generaciones". Tanto es así, prosiguió Francisco, que "cuando las cosas van bien entre el hombre y la mujer, el mundo y la historia también van bien. De lo contrario, el mundo se vuelve inhóspito y la historia se detiene".
El Papa explicó que "hay que aplicarse con mayor entusiasmo al rescate - diría que casi a la rehabilitación – de esta extraordinaria "invención" de la creación divina. Hay que tomar en serio este rescate, tanto en el sentido doctrinal como en el sentido práctico, pastoral y testimonial. Las dinámica de la relación entre Dios, el hombre y la mujer, y sus hijos, son la llave de oro para la comprensión del mundo y de la historia, con todo lo que contiene. Y, por último, para comprender algo profundo que se encuentra en el amor de Dios mismo. ”Somos capaces de pensar en esta revelación “en grande”? ”Estamos convencidos de la potencia de vida que este proyecto de Dios lleva en el amor del mundo? ”Sabemos arrancar a las nuevas generaciones de la resignación y reconquistarles a la audacia de este proyecto? "
El nuevo horizonte de este compromiso, –destacó al final de su discurso- "llama ciertamente en causa, de una manera muy especial, a vuestro Instituto, para que apoye la necesaria apertura de la inteligencia de la fe al servicio de la solicitud pastoral del Sucesor de Pedro. La fecundidad de esta tarea de ahondamiento y estudio, en nombre de toda la Iglesia, se confía al impulso de vuestra mente y de vuestro corazón" dijo, ya que "teología y pastoral van de la mano. Una doctrina teológica que no se deja orientar y plasmar por la finalidad evangelizadora y la atención pastoral de la iglesia es tan impensable como una pastoral de la Iglesia que no sepa atesorar la revelación y su tradición, con miras – concluyó - a una mejor comprensión y transmisión de la fe".