En el número 5 de la Exhortación apostólica del Papa Francisco "
Evangelii Gaudium", encontramos el núcleo del documento magisterial, que, en las intenciones del Santo Padre, recoge «l
a riqueza de los trabajos del Sínodol» sobre la Nueva Evangelización.
«El Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo, invita insistentemente a la alegría. Bastan algunos ejemplos: “Alégrate” es el saludo del ángel a María (Lc 1,28). La visita de María a Isabel hace que Juan salte de alegría en el seno de su madre (cf. Lc 1,41). En su canto María proclama: “Mi espíritu se estremece de alegría en Dios, mi salvador” (Lc 1,47). Cuando Jesús comienza su ministerio, Juan exclama: “Ésta es mi alegría, que ha llegado a su plenitud” (Jn 3,29)».
La Iglesia es «una Madre con el corazón abierto», afirma el Papa Francisco. «A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad. La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre» (nn 46-47).