En Dublín, la Convención Constitucional encargada de las reformas de la Constitución de la República Irlandesa ha aprobado una enmienda para que «
la Constitución sea modificada a fin de consentir el matrimonio civil a las parejas del mismo sexo y sean incluidas modificaciones con respecto a la paternidad, el cuidado y la educación de los hijos».
La Conferencia Episcopal Irlandesa ha presentado un documento para pedir «tiempo suficiente para una amplia y extensa discusión en la sociedad sobre la familia fundada en el matrimonio» antes de modificar las leyes permanentes de la institución matrimonial, «valorando no sólo los aspectos éticos y legales de esas modificaciones, sino también y sobre todo el impacto potencias sobre las relaciones entre familia y Estado y especialmente sobre los derechos de los menores».
El matrimonio no es sólo «una cuestión de amor y de compromiso recíproco entre dos personas», declaran los obispos en el documento. «La institución matrimonial es mucho más que un reconocimiento de amor y compromiso, más allá de regulaciones normativas. El peculiar reconocimiento legal del matrimonio por el Estado se funda sobre todo en los beneficios cualitativamente únicos para los hijos y para la sociedad que derivan del matrimonio».
En el debate en defensa del matrimonio entre un hombre y una mujer ha intervenido, entre otros, el obispo de Kilmore, mons. Leo Philip O'Reilly, Presidente de la Comisión Episcopal para el matrimonio y la familia. «Cambiar la naturaleza del matrimonio sería una amenaza a la sociedad misma, de la cual el matrimonio es la piedra angular sobre la que ella se construye».
«La Iglesia católica continuará promoviendo e intentando proteger la unicidad del matrimonio entre un hombre y una mujer, que es lo que puede servir mejor a nuestros hijos y a nuestra sociedad», afirma la oficina de prensa de la Conferencia Episcopal irlandesa, en una invitación dirigida a sensibilizar a la comunidad civil, reclamando que sólo el pueblo pueda decidir con el voto si aprobar esta enmienda.
El padre Tim Barlett, representante del Consejo católico para el Ulster, ha comentado: «Es importante que los hijos tengan un padre y una madre, que tengan una figura masculina y una femenina es fundamental en el proceso de crecimiento y nuestra sociedad lo ha reconocido siempre».
Precisamente en estos días, el 29 de abril pasado, el Parlamento de Belfast ha rechazado la propuesta de ley sobre el matrimonio homosexual en Irlanda del Norte.
