“Para África este Sínodo tiene una gran importancia desde una perspectiva eclesial, pastoral y cultural. Teoría del género, homosexualidad y matrimonio para todos son ideologías que desestabilizan la familia y merman profundamente el equilibrio moral y cultural del mundo. Cuando el Papa convocó el Sínodo, los obispos del continente pensaron que esta ocasión sería una gran gracia para África”.
 

“Los obispos en África podrán sencillamente prepararse individualmente, como ocurre habitualmente en cada diócesis de las Conferencias episcopales de cada país o con ocasión de conferencias episcopales regionales. Pero hoy, los obispos de África sienten la necesidad de pensar y actuar juntos. En lugar de proceder de manera desordenada, hemos decidió de coordinarnos en la preparación de este importante Sínodo. El workshop de Cotonou fue una consultación teológica y pastoral como preparación al Sínodo”.
 

“África tiene mucho que ofrecer al mundo. La cultura africana está en consonancia en muchas áreas con la revelación, con el Evangelio. Por ejemplo, en África los comportamientos marginales existen como en todas las partes del mundo, pero en nuestra cultura podemos gestionar estos comportamientos marginales de una manera realista y respetuosa. En Europa la marginalización ha sido ampliamente tratada en modo represivo, y hoy el Occidente quiere asumir comportamientos marginales como referencias. África necesita guardar su sentido de la familia, por el bien de las familias africanas, pero también por el de la Iglesia universal”.